Juntas, defendemos los derechos de las mujeres. Hoy, y todos los días.

08/03/2021
Comunicado
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Desde hace más de un siglo, el 8 de marzo ha sido sinónimo de derechos de las mujeres. Hoy y todos los días la FIDH trabaja para promover los derechos de las mujeres en todo el mundo, para que las mujeres puedan vivir libres de violencia y tener autonomía sobre su cuerpo. Para que puedan ser iguales ante las leyes de su país, tengan derecho a expresarse y a trabajar en condiciones dignas.

En 2021 —107 años después de que las feministas alemanas dedicaran el día a la lucha por el derecho al voto y 44 años después de que las Naciones Unidas empezaran a conmemorar este día—, queda mucho por hacer para que las mujeres disfruten de igualdad de derechos. Nuestra federación lucha por ello a través de acciones judiciales para hacer frente a las injusticias, tratando de influir en las decisiones políticas, apoyando a las mujeres defensoras de los derechos humanos e informando sobre los retos a los que se enfrentan las personas simplemente por haber nacido mujer. Trabajamos incesantemente por la igualdad, junto con nuestras 192 organizaciones miembros en todo el mundo.

A continuación, presentamos varias potentes acciones que ha liderado la FIDH en los últimos años: desde campañas de sensibilización e informes de investigación, hasta valiosas herramientas y actividades de incidencia con resultados visibles para los derechos de las mujeres. Nos guían cinco principios rectores: no hay derechos humanos sin derechos para las mujeres, promover la justicia para todas las personas, defender y apoyar a las activistas feministas, nombrar y entender los delitos y combatir la desigualdad de género.

No hay derechos humanos sin derechos para las mujeres
La lucha por la igualdad entre géneros atañe a todas las personas. Citando la célebre frase de Hillary Rodham Clinton en Beijing en 1995, “Los derechos de las mujeres son derechos humanos.” Las violaciones de los derechos de las mujeres atentan contra la dignidad de todas las personas. Cuando los derechos de las mujeres se ven amenazados, se vulneran los derechos de todas las personas y se socava la universalidad de los derechos humanos.

Todas juntas, las personas podremos luchar mejor por los derechos de las mujeres y la igualdad de género. Un buen ejemplo de ello es la movilización para defender los derechos sexuales y reproductivos en Polonia, donde el derecho al aborto se ha limitado gravemente e incluso se ha criminalizado. Estas restricciones y abusos antidemocráticos amenazan los derechos humanos en su conjunto, así como el Estado de derecho. Además de vulnerar los derechos sexuales y reproductivos, estas limitaciones perjudican gravemente los derechos de las mujeres y las niñas a la vida, la dignidad, la no discriminación y la educación.

Para contrarrestar esta preocupante erosión de unos derechos logrados con tanto esfuerzo, la FIDH, junto con sus organizaciones miembros y asociadas, trabaja a escala nacional, regional e internacional para hacer frente a estas medidas nacionalistas y autoritarias, promoviendo la liberalización y los avances para la salud y los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. En un informe de 2018, la FIDH y su organización miembro, la Asociación Polaca por una Ley Antidiscriminación, ilustran el modo en que el rápido deterioro del Estado de derecho en el país ha afectado a estos derechos. A raíz de los graves acontecimientos ocurridos en Polonia en octubre de 2020, la FIDH estrechó lazos con otras organizaciones que trabajan en el ámbito de los derechos de las mujeres en Polonia y a escala internacional, creando una coalición informal de unas 30 organizaciones activas en materia de derechos de las mujeres y en cuestiones más amplias de derechos humanos y relativas al Estado de derecho.

¡Justicia para todas las personas!
Impulsar los cambios legislativos y promover la aplicación efectiva de marcos jurídicos justos no solo mejora el acceso de las mujeres a la justicia, sino que también promueve el cambio de las normas sociales y tiene un efecto disuasorio sobre los delitos contra las mujeres.

La FIDH y su organización miembro sudafricana Abogados por los Derechos Humanos (LHR) han contribuido a una mejora sustantiva en la lucha contra la violencia sexual en África, con la adopción de las Directrices de la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos para Combatir la Violencia Sexual y sus Consecuencias en África, aprobada en mayo de 2017. La FIDH y la LHR participaron en la elaboración de estas innovadoras directrices, que ofrecen propuestas concretas para que los Estados trabajen en la eliminación de la violencia sexual. El texto se ajusta a algunas de las normas más avanzadas en materia de lucha contra la violencia sexual, como la edad de consentimiento sexual.

La presión para que se produzcan cambios legislativos ha dado lugar a victorias concretas, como la histórica aprobación de una ley por parte del Parlamento tunecino que supone un gran avance en la lucha contra la violencia sexual. La ley aborda tanto la violencia en el ámbito público como en el seno de la familia y establece una amplia definición de violencia, que incluye no solo la agresión física, sino también la económica, sexual, política y psicológica. La FIDH, junto con la Coalición de la Sociedad Civil para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y Niñas, ha trabajado incansablemente en esta ley, elaborando y presentado enmiendas a los artículos problemáticos antes del impulso final previo a su votación.

A finales de 2019, la FIDH publicó una recopilación de artículos sobre el impacto de la litigación en la lucha contra la violencia sexual y sus consecuencias en África, Impact of Litigation on Combating Sexual Violence and its Consequences in Africa. Este compendio, escrito por abogados y abogadas, personas expertas y activistas de diversos países (Senegal, Sudáfrica, Túnez, Sudán, Kenya, Guinea y Liberia), da prioridad al intercambio de experiencias a diferente nivel sobre los litigios llevados a cabo por y para las víctimas de violencia sexual, así como a la presentación de los efectos y desafíos que plantea esta forma de acción y a la formulación de algunas recomendaciones prácticas. Estas acciones judiciales, varias de las cuales fueron impulsadas por la FIDH y sus organizaciones miembros y asociadas, pueden hacer que se logren victorias mediante condenas emblemáticas, apoyando a las víctimas para que tomen la palabra o incluso mediante cambios legislativos. A este respecto, el caso de Meriem Ben Mohamed es emblemático. Junto con el informe, se elaboró un breve vídeo con una entrevista, que se visionó 80 000 veces en Twitter y Facebook, en el que describe el impacto del juicio en su vida.

Defender a las activistas feministas
Muchas de las valientes personas que luchan para proteger y defender los derechos humanos son mujeres. Las defensoras de los derechos humanos son fuerzas para el cambio, fundamentales en el movimiento prodemocrático de Tailandia o líderes en la lucha por los derechos de las mujeres en Arabia Saudita. Sin embargo, con frecuencia se enfrentan a represión, criminalización, acoso, vigilancia, prohibición de viajar, desmantelamiento de sus organizaciones e incluso tortura y muerte. La FIDH documenta estas violaciones, apoya a las defensoras de los derechos humanos y difunde sus voces.

Un reciente informe de la FIDH y del Observatorio para la Protección de los Defensores de Derechos Humanos de la OMC, realizado a partir de entrevistas con 22 mujeres tailandesas, ilustra y documenta el papel fundamental que desempeñan las mujeres en la organización y la dirección de protestas pacíficas en favor de la democracia y cómo tuvieron que hacer frente a frecuentes violaciones de sus derechos humanos destinadas a deslegitimar su trabajo y su credibilidad y a disuadirlas de participar en las manifestaciones. La FIDH ha difundido ampliamente en redes sociales testimonios en video de varias de estas líderes.

Las mujeres que se manifiestan en Turquía en favor de los derechos humanos también han sido objeto de represión. En los últimos años, las acciones del dinámico movimiento turco por los derechos de las mujeres, como las protestas pacíficas, han sido sistemáticamente atacadas y reprimidas por las autoridades. Como se refleja en un informe reciente, las defensoras de los derechos humanos y las organizaciones de la sociedad civil se han visto muy afectadas por las limitaciones de la libertad de reunión y han sufrido de forma desproporcionada la represión contra la sociedad civil.

Cuando Arabia Saudita retiró la prohibición de conducir a las mujeres en 2018, fue gracias a la lucha de las defensoras de los derechos de las mujeres que hicieron oír su voz. Sin embargo, en lugar de felicitarlas, las autoridades las castigaron sometiéndolas a encarcelamiento, acoso judicial e incluso tortura y abuso sexual mientras se encontraban detenidas. Aunque la destacada activista Loujain al Hathloul fue puesta en libertad en febrero de 2021, no se han retirado los cargos falsos contra ella, por lo que se enfrenta a una prohibición de viajar de hasta cinco años. Otras defensoras de los derechos de las mujeres detenidas a mediados de 2018 continúan en la cárcel, como Samar Badawi y Nassima El Saada. Desde un informe de 2018 hasta una campaña exigiendo su liberación y denunciando el “lavado de imagen” que supone el evento del Rally Dakar, la FIDH se ha movilizado en favor de estas valientes defensoras y no parará hasta que todas ellas sean liberadas y puedan continuar defendiendo la igualdad de género.

Nombrar y entender los delitos
La violencia sexual y de género (VSG) afecta a millones de personas en todo el mundo, en especial a las mujeres, las niñas y las minorías de género. Es frecuente tanto en tiempos de paz como de conflicto, como ocurre con el tráfico de mujeres y niñas yazidíes por parte del Estado Islámico y el uso de la violación como arma de guerra en Sudán, ambos fenómenos documentados por la FIDH en sendos informes.

A pesar del carácter generalizado de la VSG, muy pocas víctimas reciben la protección, el reconocimiento o la justicia que necesitan. Para abordar y erradicar mejor la VSG, debemos, en primer lugar, comprenderla. La FIDH ha liderado numerosos esfuerzos en este sentido, entre los que se incluyen un seminario web en el que se presentan iniciativas innovadoras para luchar contra la violencia sexista en el hogar en el marco de la pandemia de COVID-19, un informe en el que se formulan recomendaciones para que la Corte Penal Internacional y los Estados proporcionen un mejor apoyo a las víctimas y adopten una perspectiva de género en las investigaciones y los enjuiciamientos que realicen, un glosario en el que se explica la terminología fundamental relacionada con la violencia sexual y por motivos de género, herramienta indispensable para el trabajo de investigadores e investigadoras, profesionales del derecho, defensores y defensoras, periodistas y otras personas para quienes entender el lenguaje pertinente es vital en su trabajo de apoyo a las víctimas y de documentación, información, concienciación y litigio en relación con este tipo de violencia y, con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, un sitio web en el que se presentan 100 estadísticas impactantes sobre la violencia y la discriminación contra las mujeres en todo el mundo.

Luchar contra la desigualdad de género
En la raíz de la violencia sexual y de género se encuentra la desigualdad de género. Para erradicar la VSG y otras violaciones de los derechos de las mujeres y las niñas, es imprescindible lograr la igualdad entre los géneros. La FIDH declaró en un comunicado de 2020: “Independientemente del contexto y la situación, la marginación de las mujeres y las niñas, al igual que la reducción de los derechos de las mujeres, son reales. Tanto en tiempos de paz como de guerra, las mujeres se encuentran en condiciones políticas y socioeconómicas cada vez más precarias."

Con motivo del 8 de marzo de 2016, la FIDH elaboró un video que ilustra crudamente las injusticias a las que se enfrentan las personas por el simple hecho de haber nacido niña. La mutilación sexual, la falta de acceso a la educación, el matrimonio forzado, la presión para recurrir a abortos clandestinos inseguros, la violencia en el hogar... Cinco años después, estos fenómenos siguen produciéndose con una incidencia inaceptable. Mientras estas desigualdades persistan, la FIDH seguirá atenta y comprometida con la defensa de los derechos de las mujeres, el 8 de marzo y todos los días.

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