Como puso de manifiesto Krystyna Kacpura, Federación de Mujeres y Planificación Familiar, "la prohibición ha hecho muchas cosas, pero lo que no ha logrado es acabar con los abortos." En la actualidad, las mujeres polacas a menudo cruzan la frontera para buscar ayuda en Alemania. Otras recurren masivamente a los abortos ilegales, mientras incluso en los pocos casos en que siguen siendo legales, el personal médico es cada vez más reacio a llevarlos a cabo. La sentencia del Tribunal Constitucional fue recibida con las mayores manifestaciones públicas del país en décadas, lideradas por defensoras de los derechos humanos que exigen su anulación y la reforma de la legislación polaca sobre el aborto. Además, diversos informes muestran que algunas defensoras son objeto diariamente de amenazas, intimidaciones y demandas judiciales.
Tras esta sentencia del Tribunal Constitucional, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y la Comisión Europea concluyeron que el Tribunal Constitucional polaco no cumple los criterios necesarios para ser considerado un tribunal independiente e imparcial, debido a su falta de independencia respecto a los poderes legislativo y ejecutivo. Doce mujeres presentaron una demanda ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, alegando que son víctimas potenciales de una violación de su derecho a no sufrir malos tratos y a la intimidad, ambos garantizados por el Convenio Europeo de Derechos Humanos. La FIDH ha solicitado personarse como tercero con otras organizaciones, con el fin de aportar pruebas y análisis basados en el derecho internacional de los derechos humanos, el derecho europeo comparado y las directrices de la OMS.