"Es una gran victoria para mi familia y para todas las víctimas sirias que, tras todos estos años de lucha para que la verdad salga a la luz, los responsables al más alto nivel comparezcan por fin ante la justicia. Pido a las autoridades judiciales francesas que organicen este juicio lo antes posible", ha declarado Obeida Dabbagh, hermano y tío de los desaparecidos.
Esta decisión abre la vía, por primera vez en Francia, al enjuiciamiento de los más altos responsables del aparato represivo sirio: Ali Mamlouk, jefe de los servicios secretos sirios y asesor de Bashar el Assad, Jamil Hassan, director del Servicio de Inteligencia del Ejército del Aire de Siria y Abdel Salam Mahmoud, jefe de investigaciones del mismo servicio en el aeropuerto militar de Mezzeh, en Damasco. En el aeropuerto se encuentra uno de los centros de detención más mortíferos de Siria, según la Comisión de Investigación de la ONU.
Debido a que los acusados no se encuentran en territorio francés y dada la escasísima probabilidad de que sean detenidos antes de que comience el juicio, lo más probable es que se celebre en rebeldía.
"Después de tres juicios que se saldaron con tres condenas en Alemania, ha llegado el momento de que Francia demuestre su voluntad de contribuir a la lucha contra la impunidad de los crímenes cometidos en Siria contra la población civil. Además de Patrick y Mazen Dabbagh, cientos de miles de personas sirias han muerto desde el inicio del conflicto en el país, en particular a manos del régimen de Bashar al Assad, y sus familias siguen esperando que se haga justicia", ha declarado Mazen Darwish, director general del SCM.
En octubre de 2016, Obeida Dabbagh –hermano y tío de los desaparecidos–, la FIDH y la LDH, con el apoyo del SCM, habían presentado una denuncia por la detención injustificada, en noviembre de 2013, de Mazzen y Patrick Dabbagh, y su posterior desaparición. Padre e hijo habían sido conducidos al centro de detención del aeropuerto militar de Mezzeh, en Damasco, conocido por sus condiciones de detención inhumanas y la brutalidad de sus sesiones de tortura. La rama de investigación del servicio de inteligencia del Ejército del Aire de Siria estaba dirigida por Abdel Salam Mahmoud.
Tras su detención, la familia de Mazzen y Patrick Dabbagh no tuvo información alguna sobre su suerte hasta julio de 2018, cuando las autoridades sirias emitieron certificados de defunción en los que constaba que Patrick y Mazzen Dabbagh habían fallecido en enero de 2014 y noviembre de 2017, respectivamente.
En octubre de 2018, los jueces de instrucción encargados del caso emitieron órdenes de detención internacional contra Ali Mamlouk, Jamil Hassan y Abdel Salam Mahmoud por su responsabilidad en la desaparición y muerte de Mazzen y Patrick Dabbagh.
"No se habría podido lograr este resultado sin el valor y la determinación de los hombres y mujeres sirios que aceptaron declarar ante la justicia francesa para relatar la terrible realidad de los crímenes cometidos en las cárceles de Bashar al Assad. Cuando el régimen sirio parece quedar impune de todas las atrocidades que ha cometido, resulta fundamental que este juicio, que se inscribe en una larga lucha contra la impunidad, tipifique los crímenes del régimen y juzgue, aunque sea en rebeldía, a sus más altos responsables", declaró Clémence Bectarte, abogada de la FIDH, del SCM y de la familia Dabbagh.
En el transcurso del procedimiento, más de 20 víctimas sirias, en su mayoría supervivientes de la prisión de Mezzeh, aportaron su testimonio ante los tribunales franceses. El SCM colaboró activamente en el procedimiento judicial, principalmente al aportar diversos testimonios e información exacta sobre las cadenas de mando y la estructura de los servicios de inteligencia del Ejército del Aire de Siria en el momento de la desaparición de Patrick y Mazzen Dabbagh.
Nuestras organizaciones piden a las autoridades competentes que presten su pleno apoyo a los procedimientos judiciales actuales relativos a los crímenes cometidos en Siria, entre otras cosas, velando por que el marco jurídico aplicable proporcione a las víctimas un acceso efectivo a la justicia francesa y que el sistema judicial francés cuente con los recursos necesarios para llevar a término estos casos.
"Se trata de un avance significativo, que es posible gracias a que las víctimas tenían doble nacionalidad franco-siria. La ley francesa de jurisdicción universal resulta muy difícil de aplicar en el caso del resto de víctimas, ya que presenta numerosos obstáculos que impiden que los procedimientos prosperen. Es necesario que esto cambie. Es responsabilidad de las autoridades francesas modificar la legislación" afirmó Patrick Baudouin, presidente de la LDH y abogado de la FIDH y la LDH.
Para más información sobre este caso, consulte nuestra sección de preguntas y respuestas.