Egis es la única empresa francesa que todavía participaba en el proyecto; al retirarse parcialmente del mismo, sigue los pasos de Systra, que se retiró en junio de 2018 y los de Alstom, que lo hizo en mayo de 2019. Esta última había argumentado que "la licitación y el proyecto en sí son claramente perjudiciales o podrían perjudicar los derechos humanos". Aunque Egis se ha abstenido de participar en la licitación de la línea más reciente del proyecto, sigue involucrada en la construcción y ampliación de las otras líneas.
En un informe de junio de 2018 titulado El sistema de tren ligero de Jerusalén: la contribución de las empresas francesas a la colonización israelí del territorio palestino ocupado, ocho organizaciones (AFD, CFDT, CGT, FIDH, Al-Haq, LDH, Solidaires, Plataforma de ONG francesas pro Palestina) denunciaron la participación de tres empresas francesas –Egis y Systra, filiales de instituciones públicas (SNCF y RATP, Caisse des Dépôts et Consignations) y Alstom– en la construcción del tren ligero de Jerusalén, un instrumento de la política de desarrollo y colonización pro anexión de Israel, que viola el derecho internacional.
Estas ocho organizaciones han presionado repetidamente a los distintos interlocutores, entre ellos a la dirección de Egis, a la Caisse des Dépôts et Consignations, que posee el 75% de su capital filial Egis-Rail en Lyon, y al presidente de la Comisión de Supervisión de la Caisse des Dépôts et Consignations, instándolos a desvincularse del proyecto.
Aunque la FIDH y sus socios acogen con satisfacción este anuncio positivo por parte de Egis, continúan sus esfuerzos para promover la retirada total de la empresa de este proyecto ilegal.