Resolución sobre la atención humanitaria a la migración

19/11/2019
Declaración

La FIDH reunida en su 40° Congreso manifiesta su preocupación por la situación de la población migrante en diversas partes del continente americano.

Reconociendo que en los últimos años, los conflictos internos, guerras, ruptura de la institucionalidad democrática y graves crisis económicas, entre otros motivos, han generado grandes movimientos de personas, lo cual ha creado una crisis humanitaria en los corredores por donde transitan y en las zonas de acogida, dadas las grandes necesidades de protección nacional, internacional y humanitaria de esta población.

Preocupados por la situación de personas migrantes en Estados Unidos de América, México y Centroamérica, en especial por las recientes políticas y medidas adoptadas por los Estados en materia de migración y asilo, de militarización y externalización de las fronteras; y recordando que desde septiembre de 2018 han muerto cinco niños migrantes de Guatemala y una de El Salvador bajo custodia de Estados Unidos.

Preocupados por que un año después del inicio de la crisis política y social en Nicaragua, alrededor de 62.000 personas han huido a países vecinos, de las cuales la inmensa mayoría (unos 55.000) ha buscado refugio en Costa Rica, según la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados - ACNUR.

Alarmados por los cuatro millones de venezolanos que dejaron su país desde 2015 debido a la grave crisis económica y social de Venezuela, según la ACNUR, y donde la mayor parte se encuentra en los países vecinos.

Recordando que los Estados tienen obligación internacional de adoptar medidas a fin de proteger la dignidad humana y derechos de migrantes, los cuales se encuentran en riesgo en las zonas de ruta y en territorios de acogida donde muchas veces tienen que afrontar prejuicios, hostilidad, desprotección, xenofobia, y graves hechos de violencia, incluyendo tráfico de personas, esclavitud laboral y sexual.

Muchas veces estos movimientos migratorios son aprovechados por actores sociales como empresas, a fin de rebajar estándares laborales, creando y acrecentando hostilidad que deriva en xenofobia.

Reafirmando como defensores de derechos humanos que la dignidad humana y la solidaridad no tienen fronteras, ni nacionalidad

La Fidh en su 40° Congreso reunido en Taipei acordó:

Exigir de los Estados a adoptar políticas de atención, regularización y protección de la población migrante con enfoque de derechos humanos, que tomen en cuenta a los sectores de mayor vulnerabilidad como son, mujeres, población LGTBI, comunidades étnicas, niños y niñas, personas mayores, y en condición de discapacidad.

Exigir a los Estados adoptar canales de regularización migratoria de largo plazo que respeten los principios básicos de la no devolución, el acceso a derechos en condiciones de igualdad y no discriminación, y a que adopten igualmente acciones para prevenir la expulsión arbitraria, incluyendo la expulsión colectiva.

Instar a las organizaciones internacionales de protección de los derechos humanos regionales y universales a desplegar esfuerzos a fin de poder afrontar la emergencia humanitaria con el debido monitoreo y vigilancia.

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