28 de febrero de 2024. "Todos tenemos esta parte dentro de nosotros que está rota y nunca será reparada", dijo Basel al-Sourani, investigador legal en el PCHR, al informar sobre las circunstancias del asesinato de Nour Naser Abu Al-Nour y Dana Yaghi y sus familias. Bombardeos y asesinatos, secuestros y torturas, hambre y desplazamiento forzado, son las experiencias del personal en Gaza de las organizaciones de defensa de derechos humanos miembros de la FIDH. El costo físico y psicológico es inmenso. Desde el inicio de los ataques israelíes, la mayoría ha perdido familiares y seres queridos, y todos luchan por sobrevivir. Con el asesinato de Nour Abu Nour y Dana Yaghi, la tragedia ha golpeado en el corazón de las organizaciones miembro de la FIDH.
El 20 de febrero, Nour Naser Abu Al-Nour y otros siete miembros de su familia fueron asesinados por un ataque aéreo israelí en su casa familiar en Rafah, al sur de la Franja de Gaza. Los fallecidos incluyeron a su hija de dos años, su madre, su padre que era Decano de la Facultad de Enfermería de la Universidad Islámica en Gaza, y sus hermanas y hermano. Solo unos días después, el 24 de febrero, Dana Yaghi junto con otras 39 personas, la mayoría de las cuales eran miembros de su familia, fueron asesinadas en el bombardeo de la casa familiar en Deir Al-Balah. Tanto Dana como Nour eran abogadas en la Unidad de Derechos de la Mujer del PCHR, ambas habían sido desplazadas.
Ellas documentaban violaciones de los derechos humanos contra mujeres y niños y proporcionaban asesoramiento legal y de autocuidado a las mujeres. Las mujeres han sido víctimas desproporcionadas de la agresión israelí en la Franja de Gaza entre los reportados 30.000 muertos y 70.000 heridos. Los derechos sexuales y reproductivos han sido negados junto con cualquier otra forma de derechos humanos de los palestinos en el genocidio en curso perpetrado contra ellos por Israel.
"No dejaremos de buscar justicia por el asesinato de Nour y Dana y sus familias. Aquellos que ordenaron y aquellos que llevaron a cabo los ataques aéreos que los mataron deben rendir cuentas. Cada asesinato de civiles en Gaza merece rendición de cuentas y enjuiciamiento", dijo Clémence Bectarte, abogada de derechos humanos y coordinadora del grupo de acción judicial de la FIDH.
Las personas defensoras de derechos humanos en Gaza se han convertido en víctimas ellas mismas.
De las siete organizaciones miembro palestinas e israelíes de la FIDH, cuatro tienen parte de su personal operando en la Franja de Gaza: el Centro Al-Mezan para los Derechos Humanos, el Centro Palestino para los Derechos Humanos (PCHR), Al-Haq y B’Tselem. En total, antes de que comenzara la última ofensiva israelí en Gaza, alrededor de tres docenas de personas defensoras de derechos humanos afiliadas a la FIDH estaban trabajando allí. Desde el 7 de octubre de 2023, han quedado atrapados en el torbellino de la catástrofe humana que ha barrido el enclave. Muchas de ellas son descendientes de refugiados palestinos de 1948, todos vivieron bajo el apartheid. Como personas defensoras de derechos humanos, pasaron de documentar violaciones de derechos humanos y hablar por las víctimas, a convertirse en objetivos de ataques ellas mismas.
En diciembre de 2023, Ayman Lubbad, investigador de la Unidad de Derechos Económicos, Sociales y Culturales en el PCHR, fue detenido ilegalmente del 7 al 14 de diciembre, en medio de las detenciones masivas de palestinos perpetradas por las fuerzas israelíes invasoras. Pasó la mayor parte de su detención esposado y vendado, mantenido con dolor de rodillas durante días enteros, mientras era privado de comida, sueño, golpeado e interrogado, acciones que equivalen a malos tratos y tortura bajo el derecho internacional humanitario y el derecho de los derechos humanos.*
A pesar de estas terribles condiciones y de la amenaza potencial de ser directamente atacados por el ejército israelí, las personas defensoras de derechos humanos en Gaza intentan llevar a cabo su trabajo y documentar las violaciones continuas de los derechos humanos demasiado numerosas para cubrirlas en su totalidad.
La FIDH insta a condiciones que permitan que las organizaciones de derechos humanos puedan llevar a cabo plenamente su trabajo y donde se evite que se destruyan pruebas de violaciones de derechos humanos. Las Naciones Unidas deben poder llegar al norte de la Franja de Gaza, donde no se distribuye ayuda humanitaria y donde es probable que estén ocurriendo violaciones de derechos humanos no documentadas y no denunciadas. La FIDH solicita un alto el fuego inmediato, así como responsabilidad por los crímenes internacionales cometidos.