Federación Internacional
por los Derechos Humanos

Nosotros, personalidades, organisaciones, asociaciones y sindicatos a través del mundo – particularmente del Maghreb y de Europa – expresamos nuestra solidaridad así que nuestra indignación. Recordamos también con vigor al Gobierno y al Estado tunecinos que se ven obligados, conforme a los principios consagrados en la Constitución de 2014, de respetar la dignidad de estos ciudadanos. Condenamos el uso de los malos tratos y de la tortura y los procedimientos judiciales sumarios.

Consideramos que la falta de replanteamiento de las opciones económicas y sociales del antiguo régimen por parte de los sucesivos Gobiernos tunecinos desde 2011, no ha hecho más que aumentar la pobreza de una gran parte de la población, particularmente de los sectores marginados de la sociedad, obligando a miles de jóvenes y adultos a hacer trabajos precarios, alimentando así los canales de la economía informal o los redes del extremismo religioso. Tal situación solo podría llevar a una confrontación con las autoridades que, incluso hoy y otra vez más, responden a su desconcierto y légitimos peticiones solo por la vía represiva.

Estos movimientos de protestas de jóvenes tunecinas y tunecinos han puesto en evidencia no solo el estancamiento económico y social en el que el Gobierno de Túnez ha sumido a la sociedad, sino también la indiferencia de la Unión Europea y los Gobiernos que la integran, al mantener la deuda que pesa sobre el país. Más que nunca, es necesario cancelar esta deuda y ofrecer a la juventud en Túnez nuevas perspectivas de vivir y trabajar en el país.

En nombre de nuestro apego a los principios de justicia y libertad para todos los pueblos y al derecho de los jóvenes a una vida digna y decente, hacemos un llamamiento al Gobierno tunecino para que libere a todas las personas injustamente detenidas y tome las medidas adecuadas conforme a las aspiraciones del pueblo tunecino y a las metas de su revolución.

Asimismo, hacemos un llamamiento a todos aquellos que defienden la democracia, la libertad y la justicia en Europa y en todo el mundo a ejercer presiones sobre las autoridades tunecinas para que la Revolución de 2011 no se convierta en una pesadilla donde las viejas prácticas de violencia policial del pasado, pasan a ser la única respuesta a las legítimas aspiraciones del pueblo tunecino.