Consejo de Derechos Humanos: Represión y asimilación forzosa de comunidades en el Tíbet y Xinjiang

Sajjad Hussain / AFP

27 de septiembre de 2022 La Federación Internacional por los Derechos Humanos (FIDH) y su organización miembro Campaña Internacional por el Tíbet hacen una declaración oral sobre la situación de los derechos humanos en China durante la 51.ª sesión del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Condenan la represión ejercida por Pekín y la asimilación forzosa de las comunidades del Tíbet y Xinjiang mediante la aplicación de leyes, políticas y acciones que son manifiestamente incompatibles con el derecho internacional de los derechos humanos. Leer la comunicación oral a continuación.

Consejo de Derechos Humanos de la ONU – 51.º período de sesiones

Punto 4: Debate general - Declaración oral sobre la situación de los derechos humanos en China

27 de septiembre de 2022

Sr. Vicepresidente:

La FIDH y su organización miembro Campaña Internacional por el Tíbet condenan la implacable represión ejercida por Pekín y la asimilación forzosa de las comunidades del Tíbet y Xinjiang mediante la aplicación de leyes, políticas y acciones que son manifiestamente incompatibles con el derecho internacional de los derechos humanos, incluidos los tratados de los que China es parte.

Acogemos con satisfacción el reciente informe del ACNUDH sobre la situación de los derechos humanos en Xinjiang, que confirma que se han cometido graves violaciones de los derechos humanos contra la población uigur y otras comunidades predominantemente musulmanas, y que algunas de estas violaciones pueden constituir crímenes contra la humanidad. Pedimos al Consejo de Derechos Humanos que convoque un debate formal sobre las conclusiones y recomendaciones del informe en la próxima sesión.

En el Tíbet, las autoridades chinas siguen aplicando sistemáticamente políticas que violan los derechos fundamentales de la población tibetana, en particular bajo el liderazgo del presidente Xi Jinping. Resulta profundamente preocupante que las autoridades chinas hayan aumentado significativamente la vigilancia, con la recogida arbitraria de ADN de la población (incluso infantil) en muchas ciudades y pueblos de toda la Región Autónoma del Tíbet, lo que refuerza aún más la capacidad de vigilancia de Pekín sobre el pueblo tibetano y representa una grave intromisión en el derecho a la intimidad.

Señor Presidente, dentro del sistema de la ONU existe un abundante conjunto de pruebas que apuntan a una amplia y constante gama de abusos en China, que en muchos casos son constitutivos de los más graves crímenes internacionales.

Instamos al Consejo a que establezca un mecanismo imparcial e independiente que recoja y analice las pruebas de estos abusos con el fin de contribuir a promover la rendición de cuentas de los autores y la reparación de las víctimas.

Gracias.

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