París, 13 de diciembre de 2017.- La FIDH ve con gran preocupación la agudización de la crisis política en Honduras en los días recientes, a más de dos semanas de celebradas las elecciones municipales, presidenciales y legislativas el pasado 26 de noviembre.
El asesinato de 14 personas, las decenas de heridos y detenidos en el marco de las protestas, las decisiones de las autoridades hondureñas de declarar el estado de sitio, la suspensión de garantías individuales y el establecimiento de toque de queda en el que se prohíbe toda manifestación muestran un grave deterioro del respeto a los derechos humanos, así como la destrucción de las antenas de Radio Progreso hacen necesaria una respuesta firme y efectiva que garantice la seguridad de la población y la vigencia del Estado de Derecho en el país.
De igual forma, estos hechos que se suman y derivan de la existencia de graves indicios de fraude electoral, que no deben ser desconocidos por los organismos internacionales: La posibilidad de la reelección del presidente Juan Orlando Hernández, en contravía de los dispuesto en la Constitución Nacional; los estrechos vínculos de los magistrados del Tribunal Superior Electoral y el partido de gobierno, que ponen en tela la independencia e imparcialidad de este órgano; así como las numerosas y denunciadas irregularidades durante el proceso de conteo de votos.
Por ello, la FIDH solicita con carácter de urgencia a la Organización de los Estados Americanos y a la Unión Europea:
– Pronunciarse con mayor fuerza sobre las violaciones de derechos humanos y adoptar las medidas pertinentes -contempladas en sus atribuciones y mecanismos internacionales- hacia el Estado de Honduras, incluyendo hacia los comandantes de la policía militar y de la policía responsables de graves violaciones de derechos humanos, en particular de ejecuciones extrajudiciales.
– Urgir al Tribunal Supremo Electoral a facilitar y propiciar el recuento de todas las actas electorales por una entidad internacional independiente o en su defecto, hacer un nuevo llamado a elecciones con garantías, como lo contempló el Secretario General de la OEA recientemente.
– Propiciar una salida urgente para evitar mayor convulsión social.
– Estrechar las relaciones con las organizaciones de derechos humanos de Honduras para valorar la situación imperante.