En veinte años han muerto más de 20 000 personas migrantes en las fronteras de la fortaleza Europa. Para terminar con esta situación, más de cien organizaciones de la sociedad civil francesa se unieron al 6 de mayo pasado para hacer un llamamiento oficial y público al presidente de la República, instándole a poner en práctica y llevar al ámbito europeo otra política migratoria, que respete la vida, la dignidad humana y los derechos humanos, inclusive el derecho a salir de cualquier país. A este respecto, han solicitado al Gobierno que entable rápidamente un diálogo constructivo con la sociedad civil para considerar alternativas diferentes a las medidas de seguridad. Al día de hoy, este llamamiento no es más que papel mojado. El despliegue de fuerzas militares fuera del territorio de la UE y el claro posicionamiento de Francia en el seno del Consejo Europeo contra el dispositivo de reparto de refugiados, el llamado "sistema de cuotas" propuesto por la Comisión Europea, ilustran de manera alarmante la ceguera asesina de una Europa obsesionada por la seguridad a ultranza. En efecto, cómo podríamos no deplorar que Francia siga siendo reticente a acoger a unas 2 500 personas refugiadas, un esfuerzo sin duda irrisorio para no como un un país como este.
Ante esta política de cierre y de no asistencia a personas en peligro, las organizaciones, unidas bajo el lema Puentes, no muros [Des Ponts Pas des Murs], organizan una gran concentración para rendir homenaje a las víctimas y hacer oír alto y claro sus reivindicaciones:
El viernes 22 de mayo a las 20h00 en el Puente de las Artes de París
Invitamos a unirse a todas las personas que, de forma natural, tienden la mano a quien se ahoga en vez de mirar a otro lado. Las personas que rechazan las políticas de repliegue y de miedo del otro.
¡Repitamos juntos "Puentes, no muros"!