23 de septiembre de 2025. Consejo de Derechos Humanos de la ONU – 60.º período de sesiones
Punto 4: Diálogo Interactivo Mejorado sobre el informe del Alto Comisionado sobre la situación de los derechos humanos en la República Popular Democrática de Corea
Señor Presidente:
La NKDB y la FIDH encomian el informe de evaluación de diez años del Alto Comisionado e instan a los Estados miembros de las Naciones Unidas a que actúen de acuerdo con sus recomendaciones.
A lo largo de la última década, Corea del Norte ha cerrado sus fronteras, penalizado la comunicación y negado sistemáticamente a su población el derecho a la información y al contacto con el mundo exterior, en flagrante violación del derecho internacional de los derechos humanos. Las conclusiones del último informe del Alto Comisionado confirman que la represión se ha intensificado y que las víctimas siguen sin obtener justicia ni reparación.
En los últimos años, Corea del Norte también ha contribuido activamente a violaciones flagrantes del derecho internacional al desplegar a sus soldados para luchar en la guerra de Rusia contra Ucrania. De este modo, la crisis interna de derechos humanos ha pasado a ser una amenaza más amplia para la paz y la seguridad internacionales, que este Consejo no puede permitirse ignorar.
Señor Presidente:
Hace diez años, el informe de la Comisión de Investigación sobre los derechos humanos en Corea del Norte fue realmente impresionante. Aportó pruebas irrefutables de crímenes de lesa humanidad y llamó la atención sobre la difícil situación del pueblo norcoreano para situarla en el centro de la agenda internacional. Sin embargo, hoy en día, ese impulso requiere un nuevo estímulo.
Por este motivo, pedimos un compromiso y un apoyo renovados a la verdad y la justicia para las víctimas de violaciones de los derechos humanos en Corea del Norte, tanto a través de medidas judiciales como de mecanismos no judiciales, que comprendan un trabajo de memoria, revelación de la verdad y apoyo psicosocial.
Las víctimas no pueden esperar otra década para que se haga justicia. Sus derechos y su dignidad deben respetarse, y no es posible olvidar o ignorar su sufrimiento.
Gracias