La FIDH, junto a sus organizaciones miembros y socias, celebró una serie de reuniones con los interlocutores y los Estados miembros de la Unión Europea en las que presentó una serie de recomendaciones y objetivos concretos para garantizar un Plan de Acción centrado en los resultados. Más allá del reconocimiento general de que “una sociedad civil independiente, un espacio para el ejercicio de los derechos cívicos y el apoyo a los defensores de los derechos humanos y su protección son elementos fundamentales para alcanzar estas prioridades”, se destacan a continuación las áreas específicas señaladas por la FIDH.
• Elaborar herramientas que permitan detectar y responder a los primeros signos de cierre del espacio cívico y de retroceso democrático, incluido el recurso a tecnologías digitales y a medidas de lucha contra el terrorismo, así como a medidas desproporcionadas impuestas en virtud de un estado de excepción. [...] y elaborar herramientas para supervisar y anticiparse a los retos u oportunidades del espacio cívico y democrático.
• Proteger y promover la libertad de expresión, la libertad de los medios de comunicación y el pluralismo, tanto en línea como fuera de línea, y el acceso a la información. Tomar medidas para combatir la desinformación, entre ellas sensibilizar a la opinión pública y estimular el debate público en torno a las acciones de lucha contra la desinformación. Prevenir las violaciones de la libertad de reunión pacífica y de asociación. (...) Condenar la intimidación, las amenazas y la violencia contra los manifestantes pacíficos.
• Promover una participación significativa de las organizaciones de la sociedad civil en los foros multilaterales y regionales sobre derechos humanos y emprender acciones, tanto públicas como bilaterales, contra las represalias relacionadas con la cooperación con las Naciones Unidas, ya sea sobre el terreno o en foros multilaterales. Reforzar la eficacia y la eficiencia del sistema de órganos creados en virtud de los tratados de derechos humanos de las Naciones Unidas y del mecanismo de control de la OIT sobre normas de trabajo.
• Reforzar la aplicación de las disposiciones en materia de derechos humanos en la política comercial de la UE.
• Promover una política de tolerancia cero en materia de trabajo infantil y la erradicación del trabajo forzoso.
• Intensificar los contactos en los foros internacionales y con los países socios para promover de forma activa y apoyar los esfuerzos mundiales para aplicar los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre las Empresas y los Derechos Humanos, impulsando en particular el desarrollo y la aplicación de los planes de acción nacionales en los Estados miembros y los países socios, fomentando las normas de diligencia debida pertinentes y trabajando en un marco general de la UE para la aplicación de los Principios Rectores a fin de mejorar la coordinación y la coherencia de las acciones a escala de la UE.
• Colaborar con el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y otros bancos e instituciones multilaterales y regionales de desarrollo para promover la buena gobernanza, la rendición de cuentas y la transparencia, reforzando así el marco para la promoción efectiva de los derechos humanos y la democracia.