Migraciones internacionales y Derechos Humanos : balance sumario

15/03/2007
Comunicado
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1. Fenómeno limitado, pero en expansión

Aunque las estadísticas no están completas, sobre todo en lo relativo a las emigraciones sur-sur, y haya que
manejar las cifras con cuidado, cabe suponer que los emigrantes, refugiados incluidos, representaban en
2005 casi 200 millones de personas (9,2 millones de refugiados), o sea, casi el 3% de la población mundial.
Las imágenes de invasión ineluctable de los países ricos son, pues, globalmente falsas, por más que los
flujos migratorios sí que estén aumentando: el número de emigrantes se ha duplicado en 25 años y está
claro que seguirá creciendo, debido a las disparidades en materia de desarrollo, demografía y democracia
(las tres D) entre países ricos y países pobres.

2. Feminización creciente

En 2000, las mujeres constituían poco menos de la mitad de los emigrantes y más del 50% en los países
desarrollados, pero también en América Latina, el Caribe y la ex Unión Soviética. Un número creciente de
ellas emigran solas, a causa de la demanda de los países ricos para empleos tradicionalmente femeninos
(trabajo doméstico, limpieza, cuidado de las personas mayores, industria del sexo), pero también por haber
tomado conciencia de sus derechos en sociedades donde persisten numerosas cortapisas a su emancipación.
La relegación de las mujeres emigrantes a determinados tipos de empleo las expone más que a otras
categorías de emigrantes a las violencias y la discriminación, pero su itinerario migratorio revela y refuerza
la transformación de los papeles públicos y privados tradicionales del hombre y la mujer.

3. Desarrollo de las migraciones irregulares

Según la OCDE, entre un 10% y un 15% de los 56 millones de emigrantes que viven en Europa se
encuentran en situación administrativa irregular y casi 500 000 emigrantes indocumentados llegan cada año
a los países de la UE, tantos como a Estados Unidos. Además, la mayoría de los emigrantes que viven en
África subsahariana, en India (casi 20 millones según algunos cálculos), en Maghreb y en América Latina
carecen de estatuto legal, mientras la OIT considera que entre 3,5 y 5 millones de emigrantes están
empleados en el sector informal en Rusia. Este aumento de la emigración irregular está relacionado,
concretamente, con la disminución de las posibilidades de emigración legal y con el desarrollo de la trata
de personas (que afecta, al parecer, a más de medio millón de personas al año). Durante su periplo, cada
vez más incierto y prolongado, estos emigrantes, en particular las mujeres y los niños, se exponen a
múltiples peligros y a la violación de sus derechos elementales, al ponerlos las redes criminales y las
políticas de control de los Estados entre la espada y la pared.

4. Importantes consecuencias

Las remesas (dinero que envían los emigrantes a sus familias) transferidas oficialmente se elevaban en
2004 a 150 mil millones de dólares, es decir, casi el triple de la ayuda pública al desarrollo, lo que supone
un aumento del 50% en cinco años solamente (Banco Mundial). A esta cifra habría que añadir, según
algunos cálculos, 300 mil millones de dólares de transferencias informales. Para algunos países, estas
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remesas pueden constituir una de las principales, si no la principal, fuente de divisas (el 23% del PIB en
Jordania, por ejemplo) y para el conjunto de los países en desarrollo estas transferencias son la segunda
fuente de financiación, después de las inversiones financieras directas. Para numerosos Estados, la
inmigración es un extraordinario medio de presión diplomática. Los movimientos de población pueden, así,
provocar crisis en los países receptores. La cuestión de las migraciones plantea en casi todos los países
interrogantes, dudas, debates públicos y polémicas, debido a su fuerte carga ideológica y simbólica.

5. Diversificación de flujos y trayectorias

Casi un 40% de los emigrantes van a buscar trabajo, pero estos flujos se deben también a otras razones.
Cada vez más, éxodos de población son originados por catástrofes naturales (sequía, inundaciones),
hambrunas, pero sobre todo por conflictos militares y guerras civiles. Mucha gente se va a un país vecino
temporalmente, a menudo son familias enteras, pero la mayoría no pueden regresar a sus regiones de
origen. Suelen ser ellos los futuros emigrantes irregulares. Los estudios (más de un millón de personas), las
emigraciones familiares (cuyo aumento es uno de los fenómenos descollantes en las últimas décadas) y la
"circulación internacional de las élites profesionales" constituyen otras formas de emigración. Afectan a
todas las regiones del mundo: los países de emigración se convierten en países de inmigración o de tránsito,
o las tres cosas al mismo tiempo.

6. Selección y restricción: regímenes jurídicos y estatutos administrativos cada vez más
restrictivos

A partir de los años setenta, los emigrantes se enfrentan a dispositivos jurídicos y administrativos que se
caracterizan por el proteccionismo y la selección. Hasta ahora, la emigración ilegal solía tolerarse, pero las
condiciones de entrada, estancia, agrupación familiar, acceso al trabajo para ciertas categorías (las mujeres,
por ejemplo) son reformadas en sentido restrictivo. En Europa, pero también en otras partes, las políticas se
van centrando cada vez más en la "caza al clandestino" y la detección de los "falsos refugiados". En el
mismo momento en que la circulación de las mercancías, el capital y los servicios se convierte en la norma
y la circulación de las personas es, en teoría, más fácil (transporte menos costoso y más rápido...), se
refuerzan los obstáculos generalizado los visados. La intensificación de los controles ha creado un nuevo
mercado en el que reinan entramados mafiosos cada vez más numerosos y mejor organizados.

7. Desarrollo de nuevos polos migratorios

Estados Unidos sigue siendo el primer polo de atracción de emigrantes, seguido por Europa occidental (UE
y Suiza) y Australia. Pero dos nuevos polos importantes se afirman desde el principio de los años 70: los
países petroleros (península arábiga, Venezuela, pero también Libia, Gabón, Suráfrica,...) por un lado,
Japón y los nuevos países industriales asiáticos por otro. En estos nuevos países de inmigración, sobre todo
en Oriente Medio, la precariedad del estatuto jurídico, que puede llegar a la negación de todo derecho,
suele ser la regla: contrato temporal, sistema de kafil (aval), prohibición casi total de la agrupación familiar,
expulsiones masivas en cuanto cambia la coyuntura económica o en caso de crisis política.

8. El desarrollo de las migraciones sur-sur

Poco más de un emigrante de cada dos (el 54%) vive en un país en vías de desarrollo. Cuatro motivos
explican este fenómeno creciente. Aparte de los flujos migratorios clásicos, que a veces remontan muy
lejos (del Sahel hacia África occidental, por ejemplo), tenemos, primero, emigraciones "por defecto": el
endurecimiento de las condiciones de acceso a los grandes polos, como Europa, transforma a los países de
tránsito en países de inmigración: es el caso de Marruecos, Argelia, Turquía, Egipto, Jordania, por no
hablar más que del Mediterráneo. Además, se observa un auge de refugiados, esencialmente acogidos en
Asia y África, en particular en la región de los Grandes Lagos y en el Cuerno de África. Por último, no
olvidemos la afluencia de personas desplazadas ni lo que algunos investigadores califican de ecorefugiados.

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