Derechos de las mujeres: vivir sin violencia, el 8 de marzo y cada día

07/03/2022
Comunicado
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Christophe Michel / Hans Lucas via AFP

Alrededor del mundo muchas personas se preparan para celebrar el Día Internacional de los Derechos de las Mujeres. Desde hace más de un siglo, el 8 de marzo reúne a mujeres y aliados para exigir el derecho al voto, a tomar decisiones sobre su propio cuerpo y a otros muchos derechos humanos fundamentales. Entre ellos, es clave el derecho a vivir sin violencia. En honor al Día Internacional de los Derechos de las Mujeres de este año, echemos un vistazo a cómo la FIDH combate la violencia sexual y de género.

La protección y promoción de los derechos de las mujeres es una de las principales prioridades de la FIDH. Un aspecto fundamental de esta labor es la violencia sexual y basada en el género (VSBG), que en muchos casos afecta a mujeres y niñas. El trabajo para erradicar la VSBG se lleva a cabo a través de varias vías: fomentando un mayor acceso a la justicia, promoviendo una mejor atención médica y psicológica para las víctimas y sobrevivientes, y educando a las partes interesadas -incluido el personal de la FIDH- para garantizar que estén bien informadas y equipadas, por nombrar sólo algunas.

La violencia sexual y por motivos de género afecta a millones de personas en todo el mundo, especialmente a mujeres, niñas y minorías de género. Es frecuente en tiempos de conflictos, por ejemplo, el tráfico sexual de mujeres y niñas yazidíes por parte del Estado Islámico y el uso de la violación como arma de guerra en Sudán, ambos documentados por la FIDH en varios informes. Durante mucho tiempo se consideró que este tipo de violencia en situaciones de conflicto era un daño colateral, inevitable e inherente a la guerra. La FIDH ha luchado contra este supuesto derrotista: La VSBG constituye una grave violación de los derechos humanos y no debe tolerarse.

Pero la violencia sexual y por motivos de género también está presente en tiempos de paz, en la vida cotidiana. Es omnipresente, común hasta el punto de ser trivializada en sociedades altamente patriarcales. Sin embargo, la concienciación y la indignación han ido creciendo, y la FIDH ha contribuido a la adopción de marcos para combatir la violencia contra las mujeres y las niñas tanto en el ámbito público como en el privado.

Acceso a la justicia

La VSBG prospera gracias a las leyes inadecuadas, obstáculos a la justicia y la inacción de los funcionarios públicos. La tolerancia de los abusos favorece un clima de impunidad, que contribuye a la repetición de estos delitos. La gran mayoría de los autores gozan de impunidad, mientras que las víctimas y sobrevivientes no reciben reparación. Esta falta de sanciones adecuadas es inaceptable. Por lo tanto, gran parte del trabajo de la FIDH sobre la violencia sexual y de género se centra en mejorar el acceso a la justicia de las víctimas y sobrevivientes y los supervivientes.

En colaboración con sus organizaciones miembros, la FIDH documenta las violaciones, apoya y representa a las víctimas y sobrevivientes de la violencia sexual en los procedimientos judiciales, aboga por la abolición de las leyes discriminatorias y por la adopción de leyes que protejan a las mujeres de la violencia, y activa los mecanismos regionales e internacionales de protección de los derechos de las mujeres.

Algunos de los trabajos más recientes de la FIDH sobre este tema han tenido lugar en Costa de Marfil, donde se llevaron a cabo misiones de investigación para recoger testimonios sobre los obstáculos a la justicia y otros servicios de apoyo a las supervivientes de la violencia sexual. Se constató que pocas supervivientes consiguen denunciar la violencia sexual sufrida. Además del miedo a la estigmatización y la presión de la comunidad para llegar a un acuerdo informal, existen muchos obstáculos para presentar una denuncia: la necesidad de presentar un certificado médico (de pago) y la escasa respuesta de la policía. Hay grandes obstáculos para acceder a la justicia. Incluso en los casos documentados, "los procedimientos son lentos y las condenas son escasas", afirma Drissa Bamba, presidente del Mouvement ivoirien des droits humains (MIDH). Además, las supervivientes se enfrentan a dificultades dentro del sistema de atención: la atención médica, psicológica y social no está garantizada. Por ejemplo, el aborto médico es prácticamente inaccesible, a pesar de estar teóricamente permitido en casos de violación. A la luz de estas preocupantes conclusiones, la FIDH y sus miembros marfileños LIDHO y MIDH presentaron recomendaciones a los ministerios, la presidencia, los diputados, las instituciones nacionales y la sociedad civil de Costa de Marfil y organizaron una mesa redonda en Abiyán con las principales partes interesadas y la sociedad civil durante las misiones de promoción en diciembre de 2021 y marzo de 2022. Se ha publicado un informe basado en las experiencias de 31 víctimas y sobrevivientes y sus familias, coincidiendo con el 8 de marzo de 2022.

Mejorar el acceso a la justicia significa abogar por mejores marcos jurídicos. La FIDH y su organización miembro sudafricana, Lawyers for Human Rights (LHR), contribuyeron a un enorme avance en la lucha contra la violencia sexual en África: la adopción de las Directrices de la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos sobre la lucha contra la violencia sexual y sus consecuencias, en 2017. La FIDH y LHR participaron en la elaboración de estas innovadoras directrices, que ofrecen propuestas concretas para que los países trabajen en la eliminación de la violencia sexual. El texto se alinea con algunas de las normas más progresistas en la lucha contra la violencia sexual, como la relativa a la edad del consentimiento sexual.

La presión para que se produzcan cambios legislativos ha dado lugar a victorias concretas, como la histórica aprobación por parte del Parlamento tunecino de una ley que adopta importantes medidas contra la violencia sexual. La ley aborda tanto la violencia en el ámbito público como en el familiar y establece una amplia definición de violencia, que incluye no sólo la agresión física, sino también la económica, sexual, política y psicológica. La FIDH, junto con la Coalición de la Sociedad Civil para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y las Niñas, trabajó incansablemente por esta ley, redactando y presentando enmiendas a los artículos problemáticos antes del impulso final antes de la votación.

El poder del litigio

A finales de 2019, la FIDH publicó una serie de artículos sobre el impacto de los litigios en la lucha contra la violencia sexual y sus consecuencias en África. Este compendio, escrito por abogados, expertos y activistas de varios países (Senegal, Sudáfrica, Túnez, Sudán, Kenia, Guinea, Liberia) comparte experiencias de litigios llevados a cabo para, y por, las víctimas y sobrevivientes de la violencia sexual, esboza los resultados y desafíos de esta forma de acción, y ofrece recomendaciones tangibles.

Estas acciones de litigio -varias de las cuales han sido llevadas a cabo por la FIDH, sus miembros y socios- pueden conducir a victorias a través de condenas emblemáticas, el apoyo a las víctimas y sobrevivientes para que se expresen, o incluso el cambio legislativo. El caso de Meriem Ben Mohamed es emblemático en este sentido. El informe iba acompañado de un breve vídeo, visto casi 100.000 veces en Twitter y Facebook, en el que describe el impacto del juicio en su vida.

Difusión de conocimientos

A pesar de lo extendido que está el fenómeno de la violencia sexual y por motivos de género, pocas víctimas y sobrevivientes reciben la protección, el reconocimiento o la justicia que necesitan. Para abordar y erradicar mejor la violencia sexual y de género, debemos comprenderla. La FIDH ha encabezado numerosos esfuerzos en este sentido, entre ellos un seminario web en el que se presentaron iniciativas innovadoras que abordan la violencia doméstica en el contexto de la pandemia del covid-19 y un informe en el que se formulan recomendaciones para que la Corte Penal Internacional y los Estados apoyen mejor a las víctimas y sobrevivientes y adopten una perspectiva de género en las investigaciones y los juicios.

La FIDH también ha desarrollado una herramienta para explicar la terminología clave sobre la violencia sexual y por motivos de género: un glosario multilingüe para informar sobre el trabajo de investigadores, profesionales del derecho, defensores, periodistas y otras personas para las que la comprensión del lenguaje pertinente es vital para su trabajo de apoyo a las víctimas y sobrevivientes y de documentación, información, concienciación y litigio de dicha violencia. Esta herramienta indispensable está ahora disponible en árabe, inglés, farsi, francés, ruso y español. Al poner este recurso a disposición del público, la FIDH pretende reducir la persistente falta de documentación, investigación y enjuiciamiento de la violencia sexual y de género, una deficiencia que tiene su origen, en parte, en la incomprensión generalizada de lo que es la violencia sexual y de género, los contextos en los que se produce y la forma de interactuar con las supervivientes.

En 2022, las mujeres y las niñas se enfrentan a innumerables afrentas a su seguridad, a la VSBG en todas sus atroces formas: mutilación sexual, matrimonios forzados, abortos clandestinos inseguros, violencia doméstica, agresiones sexuales, y la lista continúa. La FIDH seguirá luchando por su derecho a vivir sin violencia, el 8 de marzo. Y el 9. Y el 10…

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