París, 9 de diciembre de 2024. La caída del régimen de Bashar al-Assad, resultado de una rápida ofensiva de una coalición de grupos armados encabezados por la facción islamista Hayat Tahrir Al-Sham, marca el comienzo de una nueva era de esperanza para el pueblo sirio. Tras 54 años de gobierno inflexible de la familia al-Assad y casi 14 años desde el inicio de la revolución siria, la perspectiva de una transición democrática en Siria parece ahora al alcance de la mano.
Sin embargo, sigue habiendo retos importantes. Es crucial que todos los sectores de la sociedad siria, incluida la sociedad civil, participen en los próximos debates para garantizar una transición basada en la justicia, el respeto de los derechos humanos y la igualdad de todos los sirios ante la ley.
La Resolución 2254, adoptada por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el 18 de diciembre de 2015, debe servir de base para cualquier debate encaminado a restaurar la democracia en Siria y facilitar el retorno seguro de los refugiados sirios.
La brutal represión desatada contra la población siria desde marzo de 2011 ha causado casi 500.000 muertes, ha desplazado a más de 6 millones de refugiados y ha provocado más de 150.000 desapariciones. Estas atrocidades no pueden quedar impunes, y los responsables deben rendir cuentas. Las víctimas merecen justicia, así como reparaciones.
"La FIDH estará junto a su organización miembro, el MEC, junto a la sociedad civil, a los activistas por la democracia y, lo que es más importante, junto a las víctimas sirias a las que apoya desde hace tiempo en su lucha contra la impunidad, garantizando que la justicia se convierta en uno de los componentes esenciales del futuro de Siria", afirma Alice Mogwe, Presidenta de la FIDH.