El 30 de junio de 2015, el grupo Orange anunció que pondría fin, en un plazo máximo de dos años, a su contrato con la empresa de telecomunicaciones israelí Partner que opera en las colonias Israelís, lo que según el derecho internacional es ilegal.
Este anuncio constituye una victoria tanto para el respeto de los derechos humanos como para las organizaciones de la sociedad civil, que durante varios años han pedido a Orange que pusiera fin a sus relaciones comerciales con Partner debido a las violaciones de los derechos humanos cometidas en los Territorios Palestinos Ocupados, a las que contribuye indirectamente mediante este acuerdo comercial.
De hecho, han transcurrido cinco años desde que los sindicatos lanzaran las primeras advertencias. A principios del mes de mayo de 2015, la FIDH y sus socios (incluidas sus organizaciones miembros en Francia, la LDH, y en Palestina, Al Haq) publicaron un informe conjunto en el que pedían el fin de esta relación comercial. Se enviaron varias cartas tanto al Grupo Orange como al Gobierno francés y se celebraron varias reuniones de seguimiento para alentarles a adoptar medidas concretas que respeten sus respectivas responsabilidades y obligaciones en materia de derechos humanos.