Informe documenta la anexión israelí de Cisjordania y la represión de los disidentes

15/05/2025
Informe
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FIDH
  • Este informe de misión procede de las entrevistas y la experiencia sobre el terreno de una delegación de solidaridad de la Federación Internacional por los Derechos Humanos (FIDH) en Israel y Cisjordania ocupada a principios de 2025.
  • La recopilación de pruebas y testimonios apunta a los esfuerzos sistemáticos de Israel por hacer imposible la vida de los palestinos, incluyendo la anexión, las desapariciones forzosas y la violencia respaldada por el Estado.
  • El informe también muestra la creciente supresión de la disidencia al examinar las restricciones a la libertad de expresión palestina, la persecución de ONG israelíes y palestinas independientes y las actuales medidas legislativas que están siendo revisadas por la Knesset.

París, 15 de mayo de 2025. "Lo que estamos presenciando es una carrera hacia la meta por parte de los dirigentes israelíes. Ven una oportunidad para hacerse con la totalidad de Cisjordania y silenciar al mismo tiempo la oposición a su proyecto", afirma Mouna Dachri, autora del informe y responsable de programas en la sección del Magreb y Oriente Próximo de la FIDH.

A principios de 2025, una delegación de la FIDH se reunió con organizaciones miembros de la federación en Israel y Palestina (Al-Haq, B’Tselem y Adalah), así como con defensores locales, organizaciones de la sociedad civil y víctimas. En total se realizaron 42 entrevistas individuales y colectivas. Todos y todas estaban deseosos de dar testimonio de lo que se consideraba colectivamente un rápido agravamiento de la ocupación y de los crímenes de apartheid en Cisjordania, así como del clima de violencia y miedo infundido por las autoridades y los colonos israelíes.

Este informe presenta las principales técnicas de poder desplegadas por Israel, especialmente desde el 7 de octubre, para afirmar su control sobre Cisjordania y la sociedad israelo-palestina:

(1) La violencia de los colonos en los territorios ocupados, asistida por la inacción militar o incluso por su apoyo directo, que ha dado lugar a una especie de «gazaficación» de Cisjordania. Sarit Michaeli, responsable de defensa internacional de B’Tselem, dijo a la delegación: "Los colonos llevan ahora uniforme y dedican su tiempo a atacar a los palestinos, con el respaldo militar oficial a sus acciones. La policía israelí no hace su trabajo y utiliza todas las tácticas posibles para evitar proteger a los palestinos. Este fracaso sistémico perpetúa un ciclo de abusos y deja a las comunidades palestinas vulnerables y sin recursos."

(2) Apartheid implantado con distinciones espaciales y regímenes judiciales diferentes entre israelíes, palestinos y ciudadanos palestinos de Israel. La administración israelí ha extendido casi todos los aspectos de la legislación israelí a los colonos y los asentamientos, anexionándolos de facto al Estado de Israel. Esta anexión de facto ha creado un sistema de separación y discriminación institucionalizado, es decir, un sistema de apartheid. El régimen funciona con dos sistemas jurídicos distintos dentro del mismo territorio, en el que los derechos de una persona vienen determinados por su nacionalidad. Mientras que los palestinos están sometidos al derecho militar desde 1948, los colonos disfrutan de todos los derechos que se conceden a los ciudadanos israelíes que viven dentro de las fronteras de Israel anteriores a 1967 y, en algunos casos, se les conceden incluso mayores privilegios.

(3) Opresión sistemática e institucionalizada contra individuos y organizaciones. Un representante de The Legal Center for Arab Minority Rights in Israel (Adalah) dijo a la delegación que "el número de detenciones ilegales ha aumentado, las detenciones se llevan a cabo a menudo con fuerza brutal en medio de la noche, y sin justificación legal adecuada, y únicamente sobre la base de publicaciones en las redes sociales en la mayoría de los casos, algunos sólo por expresar solidaridad con el pueblo palestino en Gaza, o incluso por compartir versos del Corán."

Según Mouna Dachri, "detener la política colonial israelí de apartheid es ahora una emergencia extrema. Estas políticas están alimentadas por un movimiento mesiánico de colonos dentro de la sociedad israelí. Este movimiento trabaja mano a mano con el ejército para usurpar y, en última instancia, expulsar a los palestinos, ahora al ritmo más alto desde 1967".

"Lo que se está desarrollando ante nuestros ojos en Gaza es nada menos que un genocidio, junto con la expansión colonial en curso en Cisjordania. Como se establece en nuestro informe, se está socavando sistemáticamente el derecho internacionalmente reconocido del pueblo palestino a la autodeterminación. Sin una acción decisiva, que incluya un embargo de armas, la suspensión de los acuerdos económicos y financieros, y sanciones específicas contra los responsables de estos crímenes, los palestinos seguirán a merced de una comunidad internacional paralizada por su inacción", afirma Yosra Frawes, responsable de la sección del Magreb y Oriente Medio y Norte de África de la FIDH.

"Hay que desechar definitivamente todo el crédito político concedido a Israel y a la Autoridad Palestina en los Acuerdos de Oslo. Nada de ello es ya operativo y los dirigentes políticos de todo el mundo deben afrontar esta realidad y reaccionar ya." declara Alexis Deswaef, vicepresidente de la FIDH y miembro de la delegación de la FIDH en Israel-Palestina.

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