Egipto: Una delegación de grupos de derechos humanos visita a Laila Soueif en el hospital en señal de solidaridad

04/06/2025
Declaración
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CIHRS

El 4 de junio de 2025, representantes del Cairo Institute For Human Rights Studies (CIHRS), la Federación Internacional por los Derechos Humanos (FIDH) y Human Rights (HRF) visitaron por primera vez a Laila Soueif, madre del activista egipcio-británico preso de conciencia Alaa Abdelfatah, en el Hospital St. Thomas de Londres para expresarle su solidaridad. La salud de Laila Soueif continúa deteriorándose gravemente a medida que se van a cumplir los 250 días de huelga de hambre. El equipo médico afirma que corre el riesgo de sufrir una "muerte súbita."

4 de junio de 2025. Laila Soueif inició una huelga de hambre en septiembre de 2024, cuando las autoridades egipcias se negaron a liberar a su hijo Alaa Abdelfatah de prisión tras cumplir última condena de cinco años. Abdelfatah pasó la mayor parte de la última década en prisión por diversas acusaciones falsas. Abdelfatah fue puesto en libertad en marzo de 2019 tras cumplir una condena de cinco años, pero se le impuso una libertad condicional con la obligación de pasar doce horas al día en una comisaría de policía. En septiembre de 2019, fue detenido de nuevo por otra acusación falsa y permanece en prisión desde entonces. Las autoridades egipcias han demostrado que no tienen intención de liberarlo.

Abdelfatah es una de las decenas de miles de personas encarceladas en Egipto por su activismo pacífico y por expresar sus opiniones; algunas personas están detenidas simplemente por encontrarse en el lugar equivocado en el momento equivocado. La mayoría de ellas se encuentran en prisión preventiva durante años o se las condena en juicios ficticios con total desprecio por el estado de derecho y las garantías procesales. La detención de decenas de miles de personas es, ante todo, una decisión política del Gobierno del presidente Abdelfatah al Sisi, que pretende disuadir toda forma de disidencia y, en ocasiones, utilizar a las personas encarceladas como moneda de cambio.

Aunque la principal responsabilidad de la represión y el autoritarismo que imperan en Egipto desde 2013 recae sobre las autoridades egipcias, también son culpables numerosos gobiernos occidentales, entre ellos el británico. El apoyo político y financiero que han prestado al Presidente al Sisi, a pesar de su atroz historial contra la ciudadanía egipcia y europea, le han alentado a continuar hasta la situación actual. Llegó el momento de que los Estados occidentales y la comunidad internacional utilicen toda su influencia sobre las autoridades egipcias para presionar en favor de una verdadera reforma política y de los derechos humanos, empezando por la liberación de Alaa Abdelfatah.

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