TURQUÍA: ¿Un país seguro?

Ningún país puede considerarse "seguro". Este es el espíritu de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados que establece un examen individual de cada petición de asilo: cada situación personal es única. Calificar a un país como "país de origen seguro" sugiere que no existe un riesgo general de persecución y que se respeta el Estado de derecho. Un país "seguro" también puede calificarse como "país tercero seguro" cuando los solicitantes de asilo que han transitado por dicho país pueden ser devueltos al mismo ya que sus procedimiento de asilo están en línea con las normas jurídicas nacionales y europeas sobre refugiados.

La noción de seguridad como herramienta de examen puede tener nefastas consecuencias en los derechos de los solicitantes de asilo (véase informe de políticas sobre el concepto de país seguro, en inglés) en forma de procedimientos acelerados, apelaciones no suspensivas, es decir, expulsión antes de que se tome una decisión definitiva, exigencia de más pruebas a los solicitantes de asilo y probable rechazo de la solicitud si no es inadmisible en el caso de "países terceros seguros".

En septiembre de 2015 la Comisión Europea propuso un proyecto de reglamento para establecer una lista común de países seguros para la Unión Europea, con la inclusión de los siguientes países en un anexo: Albania, Antigua República Yugoslava de Macedonia, Bosnia y Herzegovina, Kosovo, Montenegro, Serbia y Turquía. Ninguno de estos países está reconocido de forma unánime como seguro por los doce Estados miembros que disponen de una lista de este tipo; únicamente Bulgaria reconoce a Turquía como países de origen seguro. Lo anterior sugiere que esta clasificación no se basa en criterios objetivos. El 18 de marzo de 2015, se concluyó un acuerdo entre los líderes de los Estados miembros de Unión Europea que prevé la posibilidad de devolver a solicitantes de asilo a Turquía siempre y cuando su solicitud se tramitase allí de acuerdo al derecho internacional.

La AEDH, EuroMed Rights y la FIDH se oponen a la noción de "seguridad". En el caso de Turquía, nuestras organizaciones afirman, a partir de información de primera mano, que el país no es seguro, ni para la ciudadanía de Turquía, ni para las personas migrantes y refugiadas. Esto es aún más cierto con resurgimiento del conflicto armado entre el Estado y el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en las regiones kurdas desde 2015, que ha causado el desplazamiento interno de 350 000 personas, además del efecto multiplicador del conflicto de Siria en suelo turco, donde se han desplazado más de dos millones y medio de refugiados.

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