Caricaturas : los múltiples desafíos de una crisis

27/04/2006
Comunicado
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La publicación de las caricaturas de Mahoma en un periódico danés ha provocado una polémica internacional multiforme, caracterizada en particular por la organización de numerosas manifestaciones en todo el mundo que en determinados casos ha dado lugar a incidentes violentos y a muertes, a la suspensión de algunos periódicos árabes y a la acusación de los responsables, a crisis diplomáticas y a una amplia controversia mundial.

Si algunos de los dibujos publicados (en particular el que representa al profeta del islam cubierto con una bomba en vez de con un turbante) contribuyen sin lugar a dudas a la consolidación de los prejuicios con respecto a la religión musulmana y a sus adeptos, asimilados sin hacer distinciones a la violencia y a la intolerancia, es así mismo evidente que la respuesta a este tipo de distorsión no puede conllevar en forma alguna límites a la libertad de expresión, salvo aquellos que prohíben el llamamiento a la violencia y al odio racial, y mucho menos la adopción de nuevas leyes que excluyan las convicciones religiosas y filosóficas del ámbito de la crítica, de la creación y del debate político. A este respecto, se espera que los gobiernos democráticos resistan enérgicamente a los intentos de los estados musulmanes para que se adopten, en particular en las Naciones Unidas, resoluciones que pisotean ese derecho fundamental de la libertad de expresión so pretexto de proteger las religiones de "la difamación".

Sin embargo, debido a los numerosos desafíos que presenta, este asunto requiere nuevos enfoques que puedan contribuir a la pacificación de los intercambios entre los grupos sociales y las sociedades.

La publicación de estas caricaturas y su utilización por parte de otros órganos de prensa con la intención de defender "la libertad de expresión", incluso "a los musulmanes demócratas", se produce en las sociedades europeas marcadas por la sedentarización de las poblaciones inmigrantes y una diversificación cultural cada vez más arraigada. En todas partes, los estados y las opiniones públicas se topan con un doble desafío: la promoción de políticas activas sobre la igualdad de los derechos entre la población nacional y los residentes extranjeros o de origen extranjero y la gestión pacífica de la diversidad y del pluralismo culturales. Ambos problemas representan el meollo del debate político y social y provocan divisiones, polémicas y una instrumentalización política que no podemos ignorar. Habida cuenta de exte contexto, es responsabilidad de todos los actores, públicos y privados, incluyendo a los medios de comunicación, de encontrar una solución democrática para estos desafíos.

Esta crisis se produce asimismo en un contexto geoestratégico caracterizado por políticas de superpotencia que ignoran los fundamentos esenciales del derecho internacional, en especial en Oriente Próximo y en el marco de la denominada "guerra mundial contra el terrorismo". Se produce igualmente en un contexto de desarrollo de corrientes ideológicas y de movimientos políticos que sostienen de una forma u otra la tesis de la incompatibilidad de las culturas y de su enfrentamiento inevitable. Por un lado, los grupos de presión que gozan de una capacidad de influencia importante en el agenda del gobierno estadounidense apelan al "choque de civilizaciones" y a la extensión imperial de los modelos políticos. Por otro, los grupos político-religiosos emprenden simultáneamente acciones terroristas y una propaganda del odio desdeñando los derechos fundamentales. Basándose en un enfoque esencialista de las sociedades y de las culturas, estos movimientos se refuerzan mutuamente en su visión maniquea del Otro. Las poblaciones civiles, que en su aplastante mayoría aspiran a una vida pacífica digna, son retenidas como rehenes; es en este contexto que se deben interpretar también las reacciones contra la publicación de las caricaturas. Sin excusarlas ni apoyarlas, revelan un sentimiento de injusticia amplio y profundo que supera a los manifestantes, y de rechazo de un orden mundial que aparece como injusto e ilegítimo. Es en este terreno que la instrumentalización de los grupos terroristas progresa. Si las intrigas de estos grupos, que se deben condenar sin salvedades, violan indiscutiblemente los principios fundamentales, las políticas de potencia y los pseudoargumentos "intelectuales" que las legitiman socavan gravemente toda posibilidad de aparición de una comunidad humana solidaria, que se beneficie en su diversidad de los derechos universales. Las relaciones internacionales no pueden sostener, salvo si se resignan a un ciclo continuo de incomprensión y violencia, el uso a geometría variable del derecho internacional de los derechos humanos y de los principios democráticos que aplican determinadas potencias, y a la cabeza de ellas, los EEUU. Esta selectividad compromote así mismo sobremanera la mobilización necesaria del conjunto de la comunidad internacional contra el terrorismo.

La publicación de los dibujos ha mostrado una vez más la capacidad de numerosos gobiernos de los países musulmanes, así como de teólogos y de grupos politico-religiosos, para sacar partido de la mínima oportunidad a fin de limitar aún más el ámbito de las libertades ya tan restringido. Además de las persecuciones contra periodistas (en Jordania y en Yemen) y la represión violenta de manifestaciones (como en Libia), las autoridades de estos países han movilizado a las instituciones religiosas bajo su control con el objetivo de evitar cualquier intento de consolidación de la libertad de expresión y de creación. Ante el radicalismo de grupos que invocan al islam político, estos gobiernos son arrastrados consciente o inconscientemente hacia una auténtica carrera por la legitimidad religiosa, retrasando así la apertura de un espacio de crítica racional del dogma y de la historia musulmana. Al mismo nivel, las poblaciones se ven atenazadas por la sobrepuja.

El cuarto y último desafío es el del debate laico mismo, afectado a su vez por la división entre aquellos y aquellas que consideran que "el integrismo", noción convertida sin lugar a dudas en un cajón desastre, constituye el principal peligro tanto a nivel internacional como en las sociedades europeas y los que, sin infravalorar el riesgo de determinadas tensiones religiosas, analizan los fenómenos en curso como los elementos esencialmente reveladores de las crisis de índole política y social. Esta ruptura que ya habíamos podido constatar durante los casos sucesivos del velo, de Rushdie, con respecto a la tragedia argelina o en cierta forma con respecto a la entrada de Turquía en Europa, se ha manifestado una vez más. En la actualidad existen dos enfoques laicos o que al menos apelan al laicismo, que se estructuran de forma duradera en Francia y que ya no adhieren a las divisiones políticas tradicionales de la sociedad francesa. Pueden incluso compartir una misma asociación o partido político.

El debate internacional entablado hace unas semanas ha planteado uno tras otro todos estos desafíos a veces en la confusión voluntaria o inocente y muy a menudo sin hacer distinciones. Y si ahora tenemos la impresión de que la crisis de las caricaturas está ya a nuestras espaldas, todos estos desafíos permanecen vigentes y volverán sobre el tapete a la primera ocasión. De hecho, lo difícil es identificar los niveles de cuestionamiento (que exigen cada vez un análisis y herramientas de intervención diferentes) y abordarlos también de forma global, articular las dimensiones nacionales y el enfoque internacional, defender con uñas y dientes el bloque inderogable de los derechos sin olvidar las pertenencias múltiples. En conclusión, reinventar un universalismo de nuestra época.

Driss El Yazami

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Les réactions des organisations proches de la FIDH

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 LIGUE DES DROITS ET DES LIBERTES DU QUEBEC (LDL)
Caricatures : Combattre l’islamophobie et défendre la liberté d’expression

Les caricatures de Mahomet ont été reçues par une partie de la communauté musulmane comme offensantes, insultantes et choquantes. En regard de certaines d’entre elles, la Ligue des droits et libertés estime qu’elles contribuent indéniablement au renforcement du stéréotype qui associe l’Islam à la violence et au terrorisme.

 LDDH : Caricatures Du Sacré : NON AUX MANIPULATIONS
ETATIQUES
!

Le 4 et le 5 févier 2006, la Capitale de République de Djibouti a été le
théâtre de manifestations de colère suite à la publication dans certains
journaux européens de caricatures considérées offensantes pour les
musulmans par tout croyant. Face à cette situation, la Ligue
Djiboutienne des Droits Humains () condamne sans réserve toutes les
formes d’intolérance d’où qu’elles proviennent et appelle les foules en
colère à la retenue.

 ACHRS condemns the attacks on foreign and
international institutions

The publication of the caricatures depicting the prophet Mohammad has
triggered a controversy which has culminated in violent attacks against
foreign and international institutions, diplomatic missions, civilians
and religious places.

 PCHR Strongly Condemns Attacks on International
Institutions and Citizens

In the past few days, Palestinian armed groups have attacked European
institutions and cultural centers in the Gaza Strip and threatened to
kidnap European citizens. These acts have been in protest to cartoons
humiliating the Prophet Mohammed, which were published in a Danish
newspaper and republished by newspapers in Norway, German, France and
other countries.

 Non à l’incitation à la haine religieuse /Non à l’atteinte à la liberté d’expression
Le CNLT observe avec inquiétude les effets de la crise provoquée par les
caricatures, publiées dans le quotidien conservateur danois Jyllands-
Posten, qui véhiculent une incitation claire à la haine de l’islam. Le
message qui assimile terrorisme et Islam est offensant pour la
sensibilité des musulmans.

 HUMAN RIGHTS COMMISSION OF PAKISTAN : Authorities responsible for street violence
Once more, ordinary citizens have been the worst sufferers of wanton
violence in the streets that erupted in several major cities on Tuesday,
and again, on Wednesday.

 REMDH : Caricatures : Combattre l’islamophobie et défendre la liberté d’expression
Les caricatures de Mahomet ont été reçues par une partie de la
communauté musulmane comme offensantes, insultantes et choquantes. En
regard de certaines d’entre elles, la Ligue des droits et libertés
estime qu’elles contribuent indéniablement au renforcement du stéréotype
qui associe l’Islam à la violence et au terrorisme.

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