100 años después del genocidio Armenio: manifiesto por la memoria y la justicia

En este día del centenario del comienzo del genocidio armenio, la FIDH (Federación Internacional de los Derechos Humanos) y sus organizaciones miembros en Armenia, el Instituto de la Sociedad Civil (CSI), y en Turquía, Insan Haklari Dernegi (IHD) y la Fundación de Derechos Humanos de Turquía (HRFT), rinden homenaje a la memoria de las víctimas.

Como continuación a las declaraciones finales de los congresos de la FIDH en Ereván (2010) y Estambul (2013), y con ocasión del centenario de la conmemoración del genocidio armenio, nuestras organizaciones aprueban el siguiente manifiesto [1].

Preámbulo

Recordando los principios de la Declaración Universal de Derechos Humanos, las disposiciones del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio;

Considerando que los delitos de genocidio afectan a la esencia misma de la humanidad, desafían la imaginación y son una profunda ofensa para la conciencia humana.

Afirmando que los delitos más atroces afectan a la conciencia de forma permanente y que el trauma causado se puede analizar de manera más eficaz con el tiempo, que los delitos de genocidio y los crímenes contra la humanidad son una amenaza para el orden público internacional y afectan al conjunto de la comunidad internacional, que es inconcebible aplicar la ley del “olvido” a los delitos perpetrados contra la comunidad de naciones y la humanidad misma, que dichos delitos son imprescriptibles por naturaleza;

Recordando que alrededor de 1,5 millones de personas armenias murieron durante el genocidio cometido a principios del siglo XX, muchas de ellas ejecutadas y un millón durante la deportación forzada y el traslado del pueblo armenio desde la parte anatolia del Imperio Otomano y que numerosos armenios y armenias fueron sometidos a daños tanto físicos como mentales;

Considerando que las condiciones exactas de su muerte y el emplazamiento de los restos siguen siendo desconocidos en el caso de la gran mayoría de las víctimas y que las familias y descendientes no pudieron despedirse de sus seres queridos, dichas desapariciones forzadas responden, en consecuencia, a la definición de delito continuado a efectos de lo dispuesto en el artículo 8 de la Convención Internacional para la Protección de todas las Personas de las Desapariciones Forzadas;

Recordando que el derecho de las víctimas y sus descendientes a la verdad, a la justicia y a la reparación son elementos fundamentales e indispensables para una paz duradera y para cualquier proceso de reconciliación;

Recordando los peligros de los discursos de odio y negacionistas de los delitos internacionales cometidos, a la vez que insta a que se respete la libertad de expresión, elemento esencial del respeto de los derechos humanos;

Recordando los Principios y directrices básicos sobre el derecho de las víctimas de violaciones manifiestas de las normas internacionales de derechos humanos y de violaciones graves del derecho internacional humanitario a interponer recursos y obtener reparaciones (Resolución aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 16 de diciembre de 2005) y especialmente del segundo y tercer párrafo de su preámbulo.

Manifiesto

La FIDH y sus organizaciones miembros en Armenia y Turquía, CSI, IHD y HRFT:

1. Rinden homenaje a las víctimas del genocidio armenio que atormenta la memoria de la humanidad;

2. Reconocen el papel desempeñado por los “justos” que salvaron vidas armenias durante el genocidio;

3. Instan solemnemente a Turquía reconocer oficialmente su responsabilidad en el delito de genocidio del pueblo armenio llevado a cabo por el Gobierno de los Jóvenes Turcos del Imperio Otomano;

4. Instan a Turquía a cesar en su política oficial de rechazo y a asumir las reparaciones debidas por los daños causados y por el sufrimiento de las víctimas, sus descendientes y la comunidad armenia en su conjunto;

5. Afirman que solamente dicho reconocimiento, esencial para la labor de memoria, permitirá que Armenia y Turquía restablezcan una relación de confianza y compromiso a un proceso de reconciliación entre los dos estados; un proceso en el que las sociedades civiles ya están comprometidas;

6. Instan a Turquía a trabajar en la normalización de sus relaciones con Armenia, sin condiciones previas y, en concreto, a que abra la frontera común;

7. Piden al Gobierno turco que ponga fin a los discursos de odio y estigmatización del pueblo armenio, que su política de rechazo del genocidio contribuye a alimentar;

8. Consideran que el pleno cumplimiento de los derechos humanos, especialmente la protección de los derechos y la libertad política, es esencial para romper tabús y promover el diálogo y el intercambio y piden a la sociedad civil de Armenia y Turquía que luchen contra los agravios cometidos y contribuyan a la construcción y la promoción de las relaciones entre las dos sociedades;

9. Piden a Turquía y Armenia ratificar el estatuto de la Corte Penal Internacional e incorporarlo a su derecho interno, dejando constancia así de su disposición para luchar contra la impunidad de los delitos internacionales y garantizar la seguridad y la paz tanto regional como internacional;

10. Recuerdan a los Gobiernos de todo el mundo, a los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, al igual que a los países miembros de la Unión Europea y al Consejo de Europa, que el mejor método de prevención contra otros delitos de este tipo reside en la lucha contra la impunidad de los delitos pasados; por ello, piden a la comunidad internacional que apoye este manifiesto e intervenga ante los Gobiernos turco y armenio para que se pongan en marcha los mecanismos ad hoc y se satisfaga la necesidad de verdad, justicia y reparación de genocidio cometidos contra el pueblo armenio.

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