Informe anual sobre prisiones muestra inadecuada respuesta al COVID-19 y condiciones deficientes

24/03/2022
Informe
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(Bangkok, París) El primer informe anual sobre las condiciones penitenciarias en Tailandia, publicado hoy por la FIDH y la Unión por la Libertad Civil (UCL), pone de manifiesto lo inadecuado de la respuesta del gobierno a la COVID-19 y la deficiencia de las condiciones de los centros penitenciarios del país, a pesar de la disminución de la población reclusa y de los alentadores pasos que se han dado hacia la reforma de las políticas al respecto.

"Tras años de recomendaciones sobre la necesidad de reformar la legislación sobre drogas en Tailandia y de aplicar alternativas a la detención para reducir la población reclusa del país, el gobierno ha empezado por fin a actuar en consecuencia. Sin embargo, la descongestión de las prisiones por sí sola no será suficiente para mejorar las condiciones: es necesario tomar más medidas para garantizar que se trata con dignidad y humanidad a las personas encarceladas."

Adilur Rahman Khan, secretario general de la FIDH.

El informe anual sobre prisiones de la FIDH y la ULC es la única evaluación independiente y exhaustiva de las condiciones de las prisiones en Tailandia. El informe de 2022 contempla la evolución, las tendencias, los hechos y las cifras relacionadas con el sistema penitenciario tailandés desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre de 2021, y formula numerosas recomendaciones prácticas para la mejora de las condiciones penitenciarias.

La lenta e inadecuada respuesta de las autoridades a la pandemia de COVID-19 en las prisiones es el tema de preocupación central que se analiza en el informe. A pesar de que las organizaciones no gubernamentales dieron la voz de alarma al principio de la pandemia sobre la insuficiencia de las medidas del gobierno para hacer frente a la propagación de la COVID-19 en las instalaciones penitenciarias, más de un año después las autoridades se vieron sorprendidas por una nueva ola de infecciones. La ineficacia de las medidas preventivas, una asignación presupuestaria inadecuada y la lentitud en la campaña de vacunación no lograron detener la propagación del virus que se extendió por todos los centros penitenciarios del país.

Otra cuestión que sigue siendo preocupante es la situación de las condiciones de las cárceles, que en 2021 continuaban siendo muy inferiores a lo establecido por las normas internacionales. De las entrevistas realizadas por la FIDH a 11 antiguos presos surgieron numerosas cuestiones recurrentes, entre ellas, las siguientes: 1) el hacinamiento en las prisiones; 2) el sometimiento de los/as presos/as a castigos crueles, trato degradantes y discriminación; 3) las malas condiciones higiénicas; 4) el acceso insuficiente a los servicios médicos, incluidos los de salud mental; 5) el aumento del aislamiento del mundo exterior y la falta de oportunidades de ocio; y 6) la ineficacia de los mecanismos de denuncia.

En cuanto a la evolución positiva, Tailandia experimentó una reducción progresiva de su población penitenciaria total, con una disminución del 27%. Sin embargo, es necesario destacar que la población reclusa siguió siendo elevada y el sistema penitenciario continuó adoleciendo de hacinamiento.
Además, aunque la población encarcelada por delitos relacionados con las drogas seguía representando la inmensa mayoría de la población penitenciaria tailandesa –casi el 82% del total en diciembre de 2021–, el Ministerio de Justicia tailandés promovió modificaciones de la legislación relacionada con las drogas que llevaban mucho tiempo pendientes, en un intento de reducir el hacinamiento en sus cárceles. La legislación aprobada en 2021 hacía hincapié en la prevención y el tratamiento en lugar de castigar la posesión de pequeñas cantidades de drogas para uso personal. Por otro lado, también pretendía ajustar las penas relacionadas con la producción de drogas, la importación o exportación de drogas, la posesión de drogas y el abuso de drogas para que fueran proporcionales a la gravedad del delito.

Por último, el número de presos condenados a muerte disminuyó significativamente en 2021. Entre enero y diciembre de 2021, esta cifra se redujo en un 31%.

El informe anual sobre prisiones de 2022 se inscribe en el marco de la publicación de otros dos informes de la FIDH y la UCL sobre las condiciones de las prisiones en los últimos años: Behind the walls - A look at prison conditions in Thailand after the coup [Detrás de los muros - Una mirada a las condiciones de las cárceles en Tailandia tras el golpe de Estado], publicado en febrero de 2017 y Flawed models - Implementation of international standards in Thailand’s ’model’ prisons for women[Modelos defectuosos - Aplicación de las normas internacionales a las cárceles "modelo" para mujeres de Tailandia], publicado en diciembre de 2019.

Vea aquí debajo el informe (en inglés)

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