Desde el atroz ataque al periódico parisino Charlie Hebdo el 7 de enero de 2015 hasta el asesinato por parte de un terrorista de extrema derecha de 49 personas en dos mezquitas en la ciudad de Christchurch (Nueva Zelanda) el 15 de marzo pasado... el radicalismo, cualquiera que sea su naturaleza, -religiosa o política-, mata.
Nuestra Federación lucha diariamente por el respeto de los derechos humanos en todo el mundo. Derechos que construyen un curso, una brújula que seguimos siempre y desde nuestra creación en 1922.
La lucha contra el oscurantismo que alimenta la locura terrorista también está acompañada hoy por la absoluta necesidad de colocar el respeto por los derechos humanos en el centro de las respuestas de los Estados y las instituciones.
Retroceder sobre las libertades fundamentales en nombre de la lucha contra el terrorismo es un riesgo creciente en nuestras sociedades democráticas.
Al deber de solidaridad con las víctimas también se añade un deber de vigilancia hacia las medidas de seguridad que documentamos seriamente.
Hemos sido Charlie, hemos sido Christchurch, hoy somos Colombo.
Estamos decididos a seguir siendo defensores de los derechos humanos para todos, todas y en todas partes.