El ataque se produjo cuando los abogados se había reunido en el Hospital Civil de Quetta para acompañar el cuerpo de Bilal Anwar Kasi, presidente del Colegio de Abogados de Balochistán, tras su asesinato por disparos de desconocidos esa misma mañana. [1]
Manifestamos nuestra solidaridad con todo el pueblo de Pakistán e instamos al Gobierno del país a que garantice la seguridad y la seguridad de su población, especialmente de abogados, periodistas, defensoras y defensores de los derechos humanos. Recordamos igualmente que en su esfuerzo por luchar contra la amenaza terrorista, el Gobierno de Pakistán debe ajustarse al derecho internacional y a sus obligaciones en materia de derechos humanos, y señalamos que la paz y la seguridad únicamente pueden garantizarse a través del respeto por los derechos humanos y el Estado de derecho.