El 9 de octubre de 2022, se informó a Narges Mohammadi de una nueva condena de 15 meses de prisión dictada por la Sección 26 del Tribunal de la Revolución Islámica de Teherán, debido a las acusaciones de "propaganda contra el sistema" (artículo 500 del Código Penal Islámico) por expresar su apoyo al derecho del pueblo a manifestarse, en relación con las actuales protestas en Irán. Mohammadi se enteró de esta nueva sentencia mientras se encontraba detenida arbitrariamente en la prisión de Evin, en Teherán. El tribunal condenó a Mohammadi en rebeldía, ya que se negó a asistir a la vista judicial. En el fallo se incluyen varias sanciones adicionales que se aplicarán tras su puesta en libertad, entre ellas: obligación de presentarse una vez al mes ante la policía durante un periodo de dos años, prohibición de viajar al extranjero y de pertenecer a partidos y grupos políticos durante dos años y realizar tareas de limpieza de basura en zonas urbanas de una de las ciudades cuatro horas al día durante tres meses. Esta sentencia puede ser recurrida. Sin embargo, en ocasiones anteriores, Mohammadi se ha negado a recurrir otras sentencias impuestas contra ella, a sabiendas de que se confirmarían en apelación, así como para no legitimar las decisiones del tribunal.
Se trata de la tercera condena que se ha impuesto a Mohammadi en el último año y medio, con lo que su condena total asciende a 11 años y nueve meses de prisión, además de varias decenas de latigazos y todo tipo de prohibiciones. En mayo de 2021, Mohammadi fue condenada a 30 meses de prisión por "difundir propaganda contra el sistema" (artículo 500 del Código Penal Islámico). En enero de 2022, fue condenada a ocho años y dos meses de prisión por "reunión y connivencia para actuar contra la seguridad nacional" (artículo 610 del Código Penal Islámico) y por "actuar contra la seguridad nacional y alterar el orden público" (presuntamente, artículo 508 del Código Penal Islámico).
Mohammadi se enfrenta a otro proceso judicial por “desobediencia civil” interpuesto contra ella por los organismos de inteligencia y el fiscal de la prisión de Qarchak ante el Tribunal Penal de la Sección 101 de Shahr-e Rey al haber calificado de desobediencia civil su negativa a "reconocer las sentencias ilegales e injustas de los tribunales asociados a los organismos de inteligencia", según sus propias palabras.
Narges Mohammadi es periodista y portavoz de la ONG iraní Centro de Defensores de los Derechos Humanos (DHRC). Ha hecho campaña por la abolición de la pena de muerte en Irán, y el gobierno sueco le concedió el Premio Per Anger por su labor en materia de derechos humanos en 2011.
El Observatorio y el LDDHI recuerdan que Narges Mohammadi fue detenida violentamente el 16 de noviembre de 2021, mientras participaba en un servicio conmemorativo de una víctima de los asesinatos de manifestantes antigubernamentales de noviembre de 2019. Ese mismo día, fue enviada a la prisión de Evin, donde estuvo recluida en régimen de aislamiento, para cumplir su condena de mayo de 2021. El 19 de enero de 2022, Mohammadi fue trasladada de la prisión de Evin de Teherán a la prisión de Qarchak, al sur de Teherán. En julio de 2022, junto con el resto de las presas políticas, Mohammadi fue trasladada de nuevo a la prisión de Evin.
Mohammadi había permanecido detenida arbitrariamente en la prisión de Zanjan, en la provincia de Zanjan, durante más de cinco años, a lo largo de los cuales su salud se deterioró. Durante este periodo, fue sometida a acoso sexual y a agresiones físicas. Fue puesta en libertad el 8 de octubre de 2020.
El Observatorio y LDDHI condenan enérgicamente la nueva sentencia y la pena de prisión impuesta a Narges Mohammadi y denuncian el incesante acoso judicial contra ella, cuyo único objetivo es silenciarla y castigarla por sus legítimas actividades en materia de derechos humanos. El Observatorio y LDDHI también condenan la actual detención arbitraria de Narges Mohammadi y expresan su máxima preocupación por los riesgos de agresión y deterioro de su salud en prisión, dado el historial de las autoridades iraníes de denegar la atención médica, tanto a ella y como al resto de personas defensoras de los derechos humanos.
El Observatorio y LDDHI instan a las autoridades iraníes a que garanticen en toda circunstancia la integridad física y el bienestar psicológico de Narges Mohammadi, que retiren todos los cargos contra ella y que la pongan en libertad de forma inmediata e incondicional, así como al resto de personas defensoras de los derechos humanos detenidas arbitrariamente en el país.