La Comisión de Legislación y Asuntos Judiciales tenía hasta el 10 de noviembre para responder a una petición parlamentaria en línea en la que se pedía la adopción de una ley contra la discriminación. Dicha petición fue iniciada por una antigua candidata a un puesto de trabajo en Dong-A Pharmaceutical Co. que sufrió discriminación durante su entrevista de trabajo. La petición reunió más de 100.000 firmas entre el 24 de mayo y el 14 de junio, de modo que cumplía los requisitos necesarios para que la comisión la examinara.
Nuestras organizaciones consideran que una legislación integral contra la discriminación es un paso necesario para abordar la discriminación basada en una amplia serie de motivos. Al mismo tiempo, es fundamental para proporcionar la necesaria protección contra la discriminación a todos los miembros de la sociedad surcoreana, incluidas las personas lesbianas, gais, bisexuales, transexuales e intersexuales. Esta es la undécima vez que se presenta a la Asamblea Nacional un proyecto de ley contra la discriminación desde 2007. Cualquier nuevo retraso o intento fallido de aprobar una ley antidiscriminación sólida y coherente con las normas internacionales de derechos humanos no hará más que contribuir a perpetuar el sufrimiento institucionalizado, la estigmatización e incluso la violencia contra las víctimas de la discriminación en el país.
A menudo las personas se enfrentan a múltiples tipos de discriminación debido a diversos aspectos de su identidad al mismo tiempo, como el género y las creencias religiosas, entre otras. Es importante que se apruebe una ley que contemple una amplia lista de motivos explícitamente protegidos por los que se prohíbe la discriminación, sin que sea exhaustiva, de modo que cualquier nueva forma de discriminación que surja pueda quedar cubierta en el ámbito de la ley. Como mínimo, debe garantizar que todas las personas tienen derecho a ser tratadas por igual, independientemente de su raza, etnia, nacionalidad, idioma, clase social, religión, creencias, sexo, género, orientación sexual, identidad de género, características sexuales, edad, salud, discapacidad, estado civil u otra situación familiar, o cualquier otra condición.
La Constitución surcoreana prohíbe la discriminación, al igual que los tratados internacionales de derechos humanos de los que Corea del Sur es parte. Concretamente, el artículo 26 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos establece que "todas las personas son iguales ante la ley y tienen derecho sin discriminación a igual protección de la ley".
Además, varios organismos de derechos humanos de la ONU han pedido al gobierno surcoreano que adopte una ley amplia contra la discriminación, entre ellos el Comité de Derechos Humanos, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer y el Comité de los Derechos del Niño. Sin embargo, la discriminación directa e indirecta, así como aquella ejercida por agentes no estatales, continúa siendo un problema importante en Corea del Sur, que impide la inclusión social y causa sufrimiento a muchas personas simplemente por ser quienes son o por sus creencias.
En numerosas ocasiones, Corea del Sur ha apoyado las resoluciones del Consejo de Derechos Humanos de la ONU destinadas a acabar con la discriminación. Sin embargo, la falta de una legislación nacional para combatir la discriminación en el país supone una amarga contradicción con los compromisos adquiridos por el país en el extranjero.
Las personas de grupos marginados y desfavorecidos, que sufren la discriminación de forma desproporcionada, no se pueden permitir seguir sufriendo esta injusticia sin reparación. Pedimos al gobierno surcoreano que sea coherente con su postura internacional en materia de derechos humanos y trabaje para aprobar una ley que proteja realmente a todas las personas de la discriminación. Dicha ley proporcionaría un acceso a la justicia a quienes han sido víctimas de discriminación en Corea del Sur y daría protección, esperanza y seguridad a muchas personas. De este modo, se demostraría al mundo que Corea del Sur está realmente comprometida con la promoción de la inclusión, que cumple con sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos y que se toma en serio el respeto, la protección y el ejercicio de los derechos humanos de todas las personas.