"Se han hecho realidad rápidamente los temores bien fundados de que la ley de seguridad nacional se utilizaría para reprimir a la sociedad civil de Hong Kong, a las voces prodemocráticas y críticas con Beijing. La comunidad internacional debe ejercer más presión sobre Beijing para exigir que deje de gobernar Hong Kong con mano de hierro".
Ayer por la mañana, la policía arrestó al magnate de los medios Jimmy Lai y a uno de sus hijos en su domicilio. Más tarde, ese mismo día, docenas de policías allanaron la sede de la empresa de medios de comunicación prodemocracia del Sr. Lai, Next Digital, donde registraron la sala de redacción y arrestaron a cinco personas, entre otras, el otro hijo de Lai y cuatro altos ejecutivos de este grupo de prensa, que critica con frecuencia a Beijing. La policía también se incautó de 25 cajas de material de la oficina para procesarlo como prueba.
Por la tarde, los activistas prodemocracia Andy Li y Wilson Li fueron detenidos, acusados de colusión con potencias extranjeras. Posteriormente, Agnes Chow fue asimismo detenida, alrededor de las 21:00 horas, por haber utilizado supuestamente sus cuentas en redes sociales para pedir a los gobiernos extranjeros que impusieran sanciones a China, después de la entrada en vigor de la ley de seguridad nacional.
Desde su promulgación, la ley ha tenido un profundo efecto de parálisis sobre la sociedad civil de Hong Kong y ha sido utilizada por el gobierno de Hong Kong para suprimir las voces prodemocracia y los derechos humanos fundamentales.
A principios de julio, el destacado activista prodemocrático y antiguo legislador Nathan Law anunció que había huido de Hong Kong para seguir luchando por la democracia desde el extranjero.
El 30 de julio, doce candidatos prodemocráticos a las elecciones legislativas, entre ellos el destacado activista Joshua Wong, fueron inhabilitados para presentarse a los comicios, decisión que el Gobierno de Hong Kong justificó basándose en las críticas de estos candidatos a la ley de seguridad nacional, entre otras razones.
El 31 de julio se informó de que las autoridades de Hong Kong habían emitido órdenes de detención contra seis activistas en el extranjero, entre ellos Nathan Law, acusándolos de incitar a la secesión y a la colusión con potencias extranjeras.
Sin embargo, la ciudadanía de Hong Kong ha seguido utilizando activamente las redes sociales y otras plataformas para resistirse a la aplicación de esta ley, claramente politizada.
"El ataque constante y previsible contra el Estado de derecho en aplicación de una vaga ley de seguridad nacional ha causado una preocupación y condena internacionales generalizadas. A pesar del clima de intimidación y temor, la población hongkonesa continúa ejerciendo sus derechos en el cada vez más restringido espacio de la sociedad civil y expresan su resistencia de manera creativa y diversa. La comunidad internacional debe ser solidaria con el pueblo de Hong Kong".