Derechos humanos de las mujeres

04/03/2004
Informe

CONTEXTO POL

El gobierno de Sixto Durán Ballén (1992-96) impulsó la "modernización " del Estado entendida como sinónimo de procesos de privatización, apertura de mercados y menor control de entidades financieras, que tuvo como consecuencia la caída del sistema financiero en los años 1999-2000. Si bien este gobierno fue cuestionado por corrupción, logró finalizar el período para el cual fue elegido.

En 1996 fue electo Abdalá Bucaram, quien estuvo en funciones durante 6 meses y fue derrocado por una movilización social caracterizada por su heterogeneidad. Las medidas económicas, la corrupción y el cuestionamiento al estilo populista, autoritario y sexista del mandatario fueron las principales motivaciones que gestaron su derrocamiento. Vale la pena insistir que confluyeron en su caída, intereses tanto de elites económicas y políticas, medios masivos de comunicación, movimiento indígena, movimiento de mujeres y otros movimientos sociales.

Le sucedió por un día la Vicepresidenta electa, Rosalía Arteaga, quien inmediatamente fue desconocida como mandataria, sobre la base de un acuerdo político en el Congreso Nacional que argumentando un vacío constitucional sobre la sucesión presidencial, colocó como Presidente interino a Fabián Alarcón, político de un partido minoritario.

En 1998 asumió la Presidencia de la República, Jamil Mahuad quien a los 15 meses de su gestión fue derrocado, por un levantamiento indígena, apoyado por otros sectores de movimientos sociales y por mandos medios de las fuerzas armadas del país. El descontento popular tuvo como símbolo la lucha contra la corrupción y las medidas de congelamiento de fondos de los depositantes en las entidades bancarias y la entrega por parte del Estado de ingentes sumas para el denominado "salvataje bancario". El 21 de enero del 2000, un triunvirato integrado por el presidente de la CONAIE, un Coronel y un ex Presidente de la Corte Suprema asumieron el poder por menos de 24 horas. Posteriormente el Vicepresidente Gustavo Noboa Bejarano, fue nombrado Presidente de la República en el Ministerio de Defensa del Ecuador.

Este breve recuento de los últimos años de la historia política del Ecuador, busca evidenciar no solo la inestabilidad política vivida, sino la fragilidad de la institucionalidad democrática y la consecuente falta de credibilidad en las instituciones representativas de la democracia, tanto a nivel del poder ejecutivo, legislativo como judicial.

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