Un reciente informe publicado por la OEA ayer, señala la existencia de fraudes en favor del presidente Morales, en múltiples niveles. En las conclusiones del informe se señala: “En los cuatro elementos revisados (tecnología, cadena de custodia, integridad de las actas y proyecciones estadísticas) se encontraron irregularidades, que varían desde muy graves hasta indicativas. Esto lleva al equipo técnico auditor a cuestionar la integridad de los resultados de la elección del 20 de octubre pasado.”
Como es sabido, el 20 de octubre se llevaron a cabo los comicios presidenciales. El Tribunal Superior Electoral se había comprometido a informar los resultados del conteo rápido a las 20:00 horas de ese día. Hacia las 18 horas, todo mostraba que la segunda vuelta entre Evo Morales y Carlos Mesa era inminente, sin embargo a las 19:40 el conteo rápido dejó de transmitir los resultados y retomaron solamente 22 horas después. Cuando la transmisión volvió, el resultado había cambiado drásticamente, al punto que se había diluido ya la posibilidad de segunda vuelta (en Bolivia se realiza una segunda vuelta si no se alcanza más de 10 puntos de diferencia entre los candidatos con mayor votación). El día 23 los resultados finales señalaron a Evo Morales como ganador, con 10.47% más que Mesa.
Bolivia vive hoy una situación crítica que mantiene a la población sumida en el miedo y la incertidumbre. Muchos medios de comunicación han cortado sus transmisiones, innumerables comercios han cerrado y el transporte público se encuentra paralizado, todo ello ante la posibilidad de ser atacados y violentados.
Desde la FIDH, condenamos el uso de la intimidación y la violencia, proveniente de cualquier sector del gobierno u oposición. Desde el funcionamiento de milicias que están atentando contra aquellos que protestan por el fraude electoral hasta los secuestros a miembros de la familia de los gobernantes. Preocupa especialmente el hostigamiento violento a periodistas y defensores de derechos humanos. La FIDH urge por lo tanto a que todos los actores respeten el derecho a la vida y la integridad personal de los ciudadanos bolivianos.
Frente a la renuncia de Evo Morales, la FIDH recuerda que la Constitución política boliviana vigente considera que, en caso de renuncia del presidente, del vicepresidente, y del presidente del Senado, se deben organizar elecciones en un máximo de 90 días.
Durante más de una década, la FIDH ha denunciado intentos inconstitucionales o incluso delictivos de modificar las Constituciones para aniquilar la garantía democrática que representa la prohibición de la reelección del presidente o su reelección indefinida. Esto fue el caso en Colombia con el presidente Uribe, en Honduras con el presidente Juan Orlando Hernández, en Venezuela con el presidente Chávez, en Nicaragua con el presidente Ortega y en Bolivia con el presidente Morales. Este fenómeno representa una grave afectación a los equilibrios democráticos y es necesario que en las Constituciones donde efectivamente se produjo ese cambio, se reinstale la prohibición de reelecciones indefinidas o consecutivas.