“Hoy, en el día internacional de las víctimas de desapariciones forzadas, es esencial que el gobierno argentino públicamente se manifieste comprometiéndose a realizar todos los esfuerzos para conocer lo ocurrido con Santiago Maldonado”.
Es lamentable que ante los serios indicios, la hipótesis investigativa de la desaparición forzada por parte de la Fiscal haya sido contemplada sólo 25 días después de la desaparición de Santiago. Es sabido que en temas de desaparición forzada las primeras horas son cruciales para dar con el paradero del desaparecido. Apenas hasta el viernes 25 de agosto, la Fiscal del caso solicitó al juez el cambio de la carátula del proceso, para que se hable de una desaparición forzada, conforme el artículo 124 del Código Penal argentino.
“Bajo esta hipótesis y por ser un delito que en Argentina sólo puede ser cometido por el Estado, la carga de la prueba de la ocurrencia de este delito se invierte, y es el estado argentino quien debe probar que no hubo una desaparición forzada; y solo después de desvirtuar esta hipótesis es que se puede avanzar con otras”.
Conforme los testigos de los hechos, el 1 de agosto de 2017, cuando Santiago Maldonado, de 28 años de edad, se encontraba escondido en un matorral escapando de la fuerte represión a un corte de ruta de la comunidad mapuche, por parte de la gendarmeria, estos lo agarraron, lo golpearon y lo metieron en una camioneta blanca de la gendarmería.
Después de esa fecha y a pesar de las denuncias inmediatas hechas por la comunidad mapuche y por ong’s argentinas, las autoridades no actuaron y esperaron a que la movilización nacional e internacional aumentara para pronunciarse y comenzar a buscarlo.
La desaparición de Santiago se da en un contexto de protesta social para la reivindicación de las tierras ancestrales de la comunidad mapuche Lof en Resistencia Cushamen, provincia de Chubut y de represión violenta por parte de autoridades del Estado argentino, quienes en su intervención habrían disparado balas de plomo y goma y quemando objetos de las familias y sus mantas, como forma de amedrentamiento y de respuesta a sus legítimos reclamos. No es la primera vez que este tipo de represión se presenta. La comunidad Mapuche ha sido históricamente estigmatizada por los gobiernos de turno. Por lo que es importante que se tomen igualmente medidas de seguridad a su favor para evitar cualquier represalia en su contra.
Esperamos que la desaparición forzada de personas, que es una de las formas más graves de agresión, no se convierta en un escaño más de intimidación y represión de la protesta social contra la comunidad Mapuche y la población en general.