La postura adoptada por la Relatora especial de la CADHP sobre los defensores y defensoras de los derechos humanos refleja directamente las preocupaciones y recomendaciones formuladas por nuestra organización en relación a la aprobación de esta drástica legislación.
En el comunicado de prensa emitido durante la 15ª Sesión Extraordinaria de la CADHP, la Relatora especial plantea su preocupación acerca de las consecuencias de esta ley sobre el respeto a los derechos humanos en Uganda. Insiste particularmente en la creciente sensación de inseguridad de la comunidad LGTBI y de los defensores y defensoras de sus derechos, desde la promulgación de la ley y la publicación en algunos periódicos de los nombres y fotografías de personas consideradas homosexuales. Denuncia también la injerencia que esto supone en la vida privada de las personas, así como casos de intimidación, amenazas, acoso y actos de violencia contra ellas. La Relatora especial plantea su preocupación por el efecto que esta ley puede tener sobre los derechos de los defensores y defensoras de los derechos humanos y afirma que varias de sus disposiciones son contrarias a la obligación de Uganda de respetar la libertad de asociación, de reunión y de expresión. La Relatora especial insta a las autoridades "enmendar o derogar la ley" "de modo que se garantice que el trabajo de los defensores y defensoras de los derechos humanos pueda efectuarse en un entorno libre de estigmatización social, sin represalias ni acusaciones penales derivadas de sus actividades de protección de los derechos humanos, incluyendo los derechos de las minorías sexuales", para asegurar "la protección efectiva de todas las personas, independientemente de su orientación sexual, frente a la discriminación y la violencia así como el mantenimiento de un clima de tolerancia hacia las minorías sexuales en el país".
La FIDH, partidaria de que la CADHP aprovechase la ocasión brindada por su 15ª Sesión Extraordinaria para condenar la adopción de esta ley antihomosexualidad en Uganda y para pedir su derogación, acoge positivamente el firme posicionamiento público de una de las representantes del principal mecanismo africano de defensa de los derechos humanos. La FIDH, junto con su organización afiliada y con otras organizaciones colaboradoras de Uganda, no escatimará esfuerzo alguno para lograr que este país cumpla sus obligaciones en materia de derechos humanos y que los mecanismos regionales e internacionales de defensa de los derechos humanos continúen movilizándose en la lucha contra la discriminación, la estigmatización y la violencia en el país.