París, 6 de octubre de 2025. lMientras Tanzania se prepara para el inicio de las vistas del juicio por traición contra Tundu Lissu el 6 de octubre de 2025, el proceso se erige en una prueba crucial para la independencia judicial del país y su compromiso con los derechos humanos. La desestimación por parte del Tribunal Superior de las objeciones preliminares de Lissu en septiembre ha allanado el camino para un juicio que los/as observadores/as internacionales consideran fundamentalmente defectuoso y motivado por razones políticas.
Tundu Lissu, presidente del principal partido de la oposición, CHADEMA (Chama Cha Demokrasia na Maendeleo), se encuentra detenido desde abril de 2025, acusado de un delito de traición por unas declaraciones que supuestamente realizó durante su campaña "Sin reformas, no hay elecciones", en la que pedía que se realizaran reformas electorales. Este delito conlleva la pena de muerte y no admite fianza, lo que supone que Lissu permanecerá encarcelado durante todo el proceso. El rechazo por parte del tribunal de su solicitud de retransmitir en directo del proceso, alegando la necesidad de proteger a los testigos de la acusación, socava aún más la transparencia y suscita serias preocupaciones sobre la imparcialidad del juicio.
La denegación de esta retransmisión en directo resulta especialmente preocupante, ya que impide el escrutinio público de un juicio con profundas repercusiones para la trayectoria democrática de Tanzania. Human Rights Watch ha documentado el hecho de que este juicio es el quinto aplazamiento del proceso, lo que forma parte de un patrón más amplio de acoso judicial destinado a silenciar a la oposición política. La negativa a permitir una observación significativa del proceso judicial contradice los principios fundamentales de justicia abierta y transparencia, que son elementos esenciales del derecho a un juicio justo según el derecho internacional.
Reducción del espacio cívico y escalada de la represión
El deterioro del espacio cívico en Tanzania aceleró drásticamente en el período previo a las elecciones de octubre de 2025. La inhabilitación de CHADEMA para participar en las elecciones supone un ataque sin precedentes al pluralismo político. La decisión de la Comisión Electoral Nacional Independiente de excluir al partido por negarse a firmar un código de conducta de los comicios elimina de facto toda competencia electoral significativa y transforma las próximas elecciones en un ejercicio con resultado predeterminado.
Esta exclusión sistemática se ve agravada por un patrón documentado de desapariciones forzadas, tortura y ejecuciones extrajudiciales dirigidas contra figuras de la oposición, personas defensoras de los derechos humanos y periodistas. Personas expertas en derechos humanos de las Naciones Unidas han registrado más de 200 casos de desapariciones forzadas en Tanzania desde 2019, una práctica creciente como herramienta de represión electoral. El trato brutal infligido al activista keniano Boniface Mwangi y al abogado ugandés Agather Atuhaire, que fueron torturados y agredidos sexualmente mientras intentaban observar el juicio de Lissu, es un claro ejemplo de las medidas extremas empleadas por las autoridades tanzanas para silenciar las voces críticas.
El Legal and Human Rights Centre documentó aproximadamente 100 casos de violaciones de los derechos humanos entre 2015 y 2025, con importantes picos en 2022 y 2024. La Tanzania Human Rights Defenders Coalition registró 48 ataques contra personas defensoras de los derechos humanos y activistas únicamente en 2024. Estas estadísticas reflejan una campaña sistemática cuyo propósito es desmantelar la sociedad civil y generar un clima de temor que socava la participación democrática.
Los derechos digitales han sido especialmente atacados, ya que el Gobierno limitó el acceso a la plataforma de redes sociales X (antes Twitter) y ha impuesto medidas de vigilancia generalizadas. La suspensión de plataformas locales como Jamii Forums por publicar supuestamente contenidos que "faltaban al respeto" al presidente demuestra la intolerancia de las autoridades hacia toda forma de crítica. Estas restricciones digitales, junto con la detención arbitraria de personas en virtud de las leyes sobre delitos informáticos, han dado lugar a un efecto disuasorio en la expresión en línea y el discurso político.
Entorno preelectoral y déficit democrático
Las condiciones que rodean las elecciones de octubre de 2025 en Tanzania muestran un ataque generalizado a las normas democráticas que va mucho más allá de la exclusión del principal partido de la oposición. El entorno electoral se caracteriza por detenciones masivas de simpatizantes de la oposición, restricciones a las reuniones políticas e intimidación sistemática de los actores de la sociedad civil.
En las elecciones locales celebradas en noviembre de 2024 se produjo un anticipo de las tácticas empleadas para garantizar el dominio del partido gobernante, con el Chama Cha Mapinduzi (CCM) que se aseguró el 99,01 % de los escaños de las aldeas en medio de acusaciones generalizadas de fraude electoral y manipulación de los votos. Este dominio abrumador no refleja el apoyo popular, sino un fraude electoral sistemático y la exclusión de una participación significativa de la oposición.
"Tanzania se encuentra en una encrucijada. Las próximas elecciones no deben ser un espacio en el que el miedo y la represión dicten los resultados. La comunidad internacional no puede permanecer en silencio: deben prevalecer la rendición de cuentas y los principios democráticos", afirmó Alice Mogwe, presidenta de la FIDH.
Obligaciones internacionales en materia de derechos humanos e implicaciones regionales
La violación sistemática de las obligaciones en materia de derechos humanos por parte de Tanzania no sólo suscita preocupación a nivel nacional, sino que amenaza la estabilidad regional y las normas democráticas. La tortura y las agresiones sexuales contra personas defensoras de los derechos humanos de Kenya y Uganda demuestran el modo en que la consolidación autoritaria del país tiene repercusiones transnacionales. Estas violaciones contravienen las obligaciones de Tanzania en virtud de la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, el Pacto Internacional por los Derechos Civiles y Políticos y el derecho internacional consuetudinario.
El Parlamento Europeo condenó la escalada de represión en Tanzania, al denunciar las detenciones arbitrarias y el acoso a personalidades políticas de la oposición y las personas defensoras de los derechos humanos. La Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos expresó su profunda preocupación por las denuncias de violaciones de los derechos humanos en el contexto de las elecciones de 2025. Estas condenas internacionales reflejan un creciente reconocimiento de que el retroceso democrático de Tanzania amenaza no solo la estabilidad interna, sino también las normas democráticas regionales.
Recomendaciones
En relación con el juicio de Tundu Lissu y el derecho a un juicio justo :
– garantizar que el juicio de Tundu Lissu, que se celebrará el 6 de octubre de 2025, cumpla las normas internacionales sobre juicios justos, incluso en relación con la presunción de inocencia, el tiempo y los medios adecuados para preparar la defensa y el acceso a defensa letrada;
– permitir a los/as observadores/as independientes nacionales e internacionales el pleno acceso al proceso con el fin de supervisar todas las actuaciones del juicio;
– retirar todos los cargos contra Tundu Lissu y otras personas encarceladas por motivos políticos cuyos procesos se basan únicamente en el ejercicio de sus derechos a la libertad de expresión y de reunión pacífica.
En relación con el espacio cívico y las libertades fundamentales :
– poner fin de inmediato a la campaña sistemática de desapariciones forzadas, torturas y ejecuciones extrajudiciales contra figuras de la oposición, personas defensoras de los derechos humanos y periodistas;
– llevar a cabo investigaciones exhaustivas, imparciales y transparentes de todos los casos de desapariciones forzadas y conducir a los responsables ante la justicia tal como establecen las normas internacionales;
– restablecer el derecho de CHADEMA a participar en el proceso electoral y retirar todas las restricciones arbitrarias a las actividades políticas del partido;
– restablecer el pleno acceso a las plataformas de redes sociales y poner fin a las restricciones arbitrarias a las comunicaciones digitales.
En lo que respecta a la integridad del proceso electoral :
– invitar a misiones internacionales de observación electoral creíbles, entre otras, las de la Unión Europea, la Unión Africana y la SADC, con el fin de que supervisen las elecciones de octubre de 2025;
– garantizar la igualdad de acceso a los medios de comunicación y a las oportunidades de campaña para todos los partidos políticos y candidaturas;
– reformar las leyes y los procedimientos electorales para garantizar unas elecciones libres, justas y creíbles que reflejen la voluntad del pueblo tanzano;
– establecer una comisión electoral independiente, libre de interferencias gubernamentales y manipulaciones políticas.
La FIDH insta a la comunidad internacional a :
– imponer sanciones específicas a los agentes gubernamentales tanzanos responsables de violaciones de los derechos humanos, incluso prohibiciones de viaje y congelación de activos;
– utilizar todos los canales diplomáticos disponibles para presionar a Tanzania a que cumpla con sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos;
– apoyar a las organizaciones de la sociedad civil tanzana a través de mecanismos internacionales de incidencia y protección;
– considerar la posibilidad de remitir la situación en Tanzania a la Corte Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos para una intervención urgente.
La FIDH insta a los organismos regionales a tomar las medidas siguientes :
– la Unión Africana y la SADC deben desplegar misiones de observación electoral sólidas y pronunciarse enérgicamente contra la manipulación electoral;
– la Comunidad del África Oriental debe invocar sus disposiciones sobre gobernanza democrática para abordar las violaciones de Tanzania de los compromisos regionales en materia de derechos humanos y principios democráticos;
– los mecanismos regionales de derechos humanos deben dar prioridad a la situación en Tanzania y tomar medidas concretas para proteger a las personas defensoras de los derechos humanos y periodistas.
El juicio de Tundu Lissu, que comienza el 6 de octubre de 2025, representa más que el enjuiciamiento de un líder de la oposición: encarna la elección de Tanzania entre el Estado de derecho y la consolidación autoritaria. La comunidad internacional debe actuar con decisión para impedir que Tanzania retroceda en la gobernanza democrática y garantizar que las próximas elecciones representen una expresión genuina de la voluntad del pueblo tanzano y no un ejercicio predeterminado de legitimación autoritaria.