Nuestras organizaciones se sienten alentadas por los últimos esfuerzos realizados por el Gobierno para detener la ola de violencia. Aunque es necesario tomar más medidas para frenar estos ataques, el Gobierno ha dado pasos en la dirección adecuada, entre ellos la rápida reacción de la policía tanto para disuadir como para detener a los autores. Es así mismo un hecho muy positivo el procesamiento de los presuntos autores, con la reciente detención de los sospechosos del asesinato de Emmanuel Sithole, cuya comparecencia ante el tribunal está prevista para hoy. Acogemos con satisfacción el anuncio del ministro de la Policía Nathi Nhleko relativo a la campaña nacional para luchar contra la "afrofobia" y esperamos que vele por el estricto cumplimiento de las medidas de esta campaña para encontrar soluciones duraderas al problema.
De no continuar con ellas, seguirán extendiéndose la xenofobia y la violencia contra ciudadanos extranjeros.
"La muerte y el desplazamiento de miles de ciudadanos extranjeros en Sudáfrica pusieron de relieve la necesidad de que las autoridades adoptasen medidas urgentes, efectivas e integrales para abordar las deficiencias sistémicas de la actual política de inmigración," afirmó la secretaria general adjunta de la FIDH, Alice Mogwe.
La última semana, en un escenario que recordaba a 2008, la violencia xenófoba se extendió por Durban, donde miles de sudafricanos empezaron a atacar a ciudadanos nacionales y a saquear sus tiendas. La violencia causó la muerte de al menos seis personas hasta el momento y el desplazamiento de miles de personas más. Según los datos de ACNUR, aproximadamente 2 400 personas que han huido de los ataques de Durban, se han refugiado en tres campamentos de la zona. Las declaraciones incendiarias y los mensajes de odio pronunciados por líderes tradicionales y por funcionarios del Gobierno parecen haber impulsado la violencia. El 21 de marzo, el rey zulú Goodwill Zwelithini declaró ante los medios que los extranjeros deberían " volver a su país" y el 15 de abril, Edward Zuma, hijo del presidente, sostuvo opiniones inexactas y discriminatorias ante los medios de comunicación.
"Los personajes públicos de Sudáfrica deben cambiar de mentalidad y difundir mensajes de integración humana cohesión y entendimiento. En vez de utilizar su posición de influencia para realizar declaraciones perjudiciales, deben aprovechar todas las oportunidades para fomentar el cambio social positivo," afirmó Patricia Erasmus, del LHR.
Nuestras organizaciones reconocen asimismo las declaraciones del rey Goodwill Zwelithini de hace algunos días en un tibio intento por aclarar las afirmaciones que había realizado en marzo. Lamentamos, sin embargo, que no se haya retractado o disculpado de forma inequívoca e instamos al rey a que asuma la responsabilidad por las consecuencias negativas de sus declaraciones.
Varios funcionarios del Gobierno responsabilizan de esta violencia a la delincuencia, más que la xenofobia. Como respuesta a la violencia, sugirieron que se creasen de campamentos de refugiados, a lo que se oponen firmemente tanto la LHR como la FIDH.
Las afirmaciones relativas a que Sudáfrica está "inundada" de " inmigrantes ilegales" se basan en la desinformación y en ideas falsas sobre el sistema de refugiados de Sudáfrica. Existen muchos factores que contribuyen a que una persona carezca de los documentos administrativos adecuados y muy pocos están bajo su control. Entre estos factores cabe señalar el endurecimiento de las leyes de inmigración que aumentan las trabas administrativas, la grave corrupción que impera en las instancias de recepción de refugiados y el cierre ilegal de las oficinas de recepción, dotadas de personal insuficiente, así como la falta de cumplimiento de las resoluciones judiciales por parte del Ministerio del Interior. Este tipo de situaciones están causadas asimismo por un sistema de asilo en crisis, plagado de procesos deficientes de toma de decisiones, ineficiencias y graves retrasos.
La LHR y la FIDH instan a las autoridades de Sudáfrica a mejorar el marco legal en materia de derechos humanos para evitar y remediar las violaciones cometidas contra los derechos humanos de los migrantes. Las autoridades deben resolver las deficiencias sistémicas en el proceso de asilo que impiden la regularización de la situación de las personas. Deben proporcionar formación en materia de derechos humanos de los migrantes, de forma generalizada, así como prohibir la discriminación por parte de los servicios de la policía, los servicios de inmigración, de salud pública, de educación y las organizaciones locales. Como muestra de este enfoque basado en los derechos humanos, Sudáfrica debería aprovechar esta ocasión para anunciar la ratificación de la Convención Internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migrantes y de sus familiares.
Nuestras organizaciones instan a la Unión Africana y a la Comunidad para el Desarrollo del África Meridional a que se hagan eco de las recomendaciones de nuestras organizaciones. La LHR y la FIDH instan asimismo a la actual sesión de la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos a que apoye estas recomendaciones mediante la adopción de una resolución que condene de forma firme y pública la violencia, que inste a las autoridades de Sudáfrica a que respeten sus obligaciones con arreglo a la Carta Africana sobre los Derechos Humanos y de los Pueblos y que exija la realización de una misión de promoción a Sudáfrica por parte de su Relator Especial sobre los refugiados, los solicitantes de asilo y los migrantes.