París, Conakry, 1 de abril de 2025. A pesar de que había sido condenado a 20 años de prisión por crímenes de lesa humanidad debido a su responsabilidad en la masacre del 28 de septiembre de 2009, Moussa Dadis Camara ha recibido el indulto el viernes 28 de marzo. En el veredicto, hecho público el 31 de julio de 2024, se había reconocido su responsabilidad directa, en calidad de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, en la masacre del estadio de Conakry. El antiguo líder del Consejo Nacional para la Democracia y el Desarrollo (CNDD), la junta que tomó el poder en diciembre de 2008, y presidente de la República autoproclamado el 24 de diciembre de 2008, había apelado su condena en primera instancia, al igual que muchas otras partes del juicio. Por lo tanto, tanto él como las partes civiles se encontraban a la espera de la apertura de su juicio de apelación.
“Esta medida de gracia suscita una enorme incomprensión en las partes civiles, ya que interrumpe de facto el proceso de justicia y parece estar en total contradicción con los principios que rigen la separación de poderes y la buena administración de la justicia,” declaró Alpha Amadou DS Bah, presidente de la OGDH y abogado coordinador del colectivo de juristas que representan a las partes civiles. “Las partes civiles están conmocionadas por las razones de salud alegadas para justificar este indulto presidencial. Existen otras disposiciones legales que permiten proporcionar atención médica en el marco de la detención, tanto para el Sr. Moussa Dadis Camara como para cualquier otra persona detenida”, añadió.
“A lo largo de 22 meses, a pesar de las dificultades que han ido surgiendo mientras se desarrollaba este juicio de características extraordinarias, las víctimas han estado constantemente movilizadas y conservaron la esperanza de que este trabajo de justicia llegara a su fin para restablecer la verdad, hacerles justicia y recibir reparación”, declaró Asmaou Diallo, presidenta de la AVIPA. “Hoy, las víctimas se enteran, casi al mismo tiempo, de que su indemnización correrá a cargo del presupuesto nacional y de que el presidente ha concedido el indulto a Moussa Dadis Camara. Estos hechos son indignos de la búsqueda de justicia que llevan a cabo con abnegación para que, por fin, en Guinea podamos decir ‘nunca más’”, añadió.
“La medida de gracia envía un terrible mensaje, que muestra un total desprecio por los principios fundamentales de justicia, responsabilidad y lucha contra la impunidad”, declaró Drissa Traoré, secretario general de la FIDH y abogado miembro del colectivo que representa a las partes civiles. “La memoria de las víctimas, el respeto de los derechos humanos y la exigencia de la verdad no pueden ser sacrificados en aras de consideraciones políticas.”
El 28 de septiembre de 2009, multitud de personas se manifestaron de forma pacífica en el gran estadio de Conakry para pedir una transición democrática y la celebración de elecciones libres. Miembros de las fuerzas de defensa y seguridad guineanas, entre los que se encontraban miembros de la guardia presidencial, orquestaron y cometieron entonces una masacre, durante ese mismo día y los siguientes, en la que murieron al menos 156 personas y decenas están desaparecidas. Más de un centenar de mujeres fueron víctimas de violaciones u otras formas de violencia sexual, como la mutilación genital y la esclavitud sexual.
Tras 13 años de lucha por la justicia por parte de las víctimas y las organizaciones constituidas como partes civiles, el juicio por la masacre del 28 de septiembre de 2009 se inició por fin el 28 de septiembre de 2022. La presencia, ese día, de once acusados, entre ellos varios altos cargos políticos y militares, de la FIDH, de la OGDH y de la AVIPA en representación de más de 450 víctimas, así como de Karim Khan, fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI) y Pramila Patten, representante especial de las Naciones Unidas sobre la violencia sexual en los conflictos, atestiguaron el carácter emblemático de este juicio, no solo en la lucha contra la impunidad en Guinea, sino también para la justicia internacional.
Aunque se ha felicitado al Estado guineano por haber mantenido el juicio hasta su veredicto, esta medida de gracia supone un siniestro revés. La concesión de esta medida de gracia presidencial por crímenes de lesa humanidad es contraria a todos los compromisos nacionales, regionales e internacionales adquiridos por Guinea. De hecho, el derecho internacional y los tratados de los que Guinea es parte, entre otros, el Estatuto de Roma por el que se constituye la Corte Penal Internacional, exigen que los Estados enjuicien a las personas autoras de crímenes graves, como los crímenes de lesa humanidad, para que se respeten los derechos de las víctimas a la verdad, la justicia y la reparación. Un indulto de este tipo es asimismo contrario a los principios constitutivos de la Unión Africana y a los derechos consagrados en la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos.
En su declaración del 29 de septiembre de 2022 con motivo de la apertura del juicio relativo a los acontecimientos ocurridos en Guinea el 28 de septiembre de 2009, y del cierre de la investigación preliminar, Karim Khan, fiscal del CPI, recordó que “ahora corresponde a las autoridades e instituciones guineanas velar por que se lleve a cabo un proceso justo, creíble, independiente e imparcial para que se haga toda la verdad de conformidad con la legislación”. El artículo 4 del Acuerdo de Complementariedad, firmado el 28 de septiembre de 2022 entre la República de Guinea y la Fiscalía del CPI, establece que “la Fiscalía podrá revisar su evaluación de la complementariedad a la luz de cualquier cambio significativo en la situación, en particular la imposición de cualquier medida que pueda perjudicar gravemente el avance de los procedimientos judiciales relacionados con los acontecimientos del 28 de septiembre de 2009 o poner en duda su autenticidad”.
La FIDH, la OGDH y la AVIPA reafirman su compromiso de trabajar para que lograr que triunfe la justicia y se reservan el derecho de explorar todas las vías de recurso existentes, tanto a nivel nacional como regional e internacional.