Mediterranea: resolución para el desarrollo de la democracia y los derechos humanos, incluyendo los derechos de los migrantes

Resolución adoptada por el 38° Congreso de la FIDH.

Presentada por: Liga Italiana dei Diritti dell’Uomo

El Congreso de la FIDH,

CONSIDERANDO que, dos años después del comienzo de la "Primavera Árabe", el Congreso de la FIDH convocado en Estambul ha examinado la situación de los derechos humanos en la región, prestando especial atención a las aspiraciones democráticas de la juventud que se encuentran en el centro de las reivindicaciones de tales Primaveras,

CONSIDERANDO que es una aspiración común la que inspira las exigencias y las luchas contra la injusticia impulsadas por los jóvenes del mundo entero, y que merecen ser alentadas dentro del marco de una red de intercambio recíproco de ideas y de acciones,

CONSIDERANDO que, a pesar de la elección a la presidencia del Estado tunecino y a la designación como primer ministro de Libia de dos militantes históricos de la FIDH, cierto número de países de la zona mediterránea están dando señales preocupantes para el futuro de la democracia en esta región, estratégica para la paz y el equilibrio político del Mediterráneo y del Oriente Medio,

CONSIDERANDO que es responsabilidad de la comunidad internacional, Unión Europea y Estados Unidos incluidos, el apoyar las aspiraciones democráticas en la región mediterránea, y oponerse a las posibilidades de regreso a regímenes autoritarios, y que ello requiere un apoyo reforzado a las organizaciones que actúan en pro de la defensa de la libertad de los pueblos y la protección de los derechos humanos, y un mayor apoyo a la prosperidad económica de la región,

CONSIDERANDO que el reconocimiento de Palestina como observador oficial de la Asamblea General de las Naciones Unidas es una etapa necesaria hacia una evolución de la situación política en la zona mediterránea,

CONSIDERANDO que la crisis económica actual y las miserias que acarrea, con el telón de fondo de la disolución del marco democrático y social de las políticas públicas, requiere, más que nunca, que se garantice a todos, incluidos los inmigrantes, la posibilidad de una vida digna,

CONSIDERANDO que una proporción significativa de la emigración clandestina es resultado de situaciones de pobreza extrema, pero también de políticas represivas aplicadas por regímenes antidemocráticos,

CONSIDERANDO el fracaso de las autoridades públicas en su empeño de facilitar la práctica de una migración regular, y los riesgos que de ello resultan para los derechos, la libertad, la integridad física y la vida misma de los migrantes y sus familias,

PROPONE la constitución de un “Comité Permanente de Jóvenes en pro de los Derechos Humanos” con el fin de reforzar las reuniones y debates de los jóvenes provenientes de las ligas de la FIDH, destinado a proponer soluciones a los graves problemas que afectan a la región mediterránea: desempleo juvenil, migración, integración, educación, etc. La posición geopolítica italiana sería ideal para acoger tal comité,

PROPONE la creación de una “Conferencia de las Ligas de Derechos Humanos de la zona Mediterráneo / Oriente Medio”, con el fin de proponer, junto con representantes de la Liga Árabe y de la Unión Africana, acciones específicas para el desarrollo de la democracia y los derechos humanos, incluyendo los derechos de los migrantes,

RECUERDA la obligación de las autoridades encargadas del control de la migración, la agencia europea FRONTEX incluida, de permitir cursar una solicitud de asilo a los migrantes que son objeto de operaciones de control,

EXIGE que se conceda un permiso de residencia a todo inmigrante clandestino que pueda demostrar encontrarse empleado o que declare su lugar de residencia o domicilio, sin que sea necesario que regrese a su Estado de origen,

EXIGE que se elimine de la legislación civil y penal toda discriminación y desigualdad de tratamiento entre los ciudadanos y los trabajadores inmigrados, en especial en el derecho laboral y los derechos sindicales,

EXIGE que los Estados adopten como regla universal el reconocimiento de la ciudadanía sobre la base del derecho del suelo (ius soli) con el fin de evitar el fenómeno de las personas apátridas, y que, por consiguiente, consideren como nacional a toda persona nacida en el territorio nacional, sin discriminación alguna por la nacionalidad o el origen étnico de los padres o por su eventual situación clandestina,

LLAMA a las ligas nacionales para que hagan suya esta demanda y para que promuevan ante sus instituciones nacionales y ante las supranacionales, la adopción de legislaciones y prácticas políticas, administrativas y judiciales que cumplan estos principios.

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