A lo largo de los meses de junio y julio de 2021, AMESYS y cuatro de sus ejecutivos habían sido acusados de complicidad en torturas en Libia, entre 2007 y 2011, por haber suministrado tecnología de vigilancia al régimen autoritario libio de Muammar Gaddafi.
"La confirmación de estos procesamientos, que se produjo casi 10 años después de la apertura de la investigación judicial, es una fuente de esperanza. Ahora está claro que las empresas de vigilancia ya no pueden esconderse detrás de una supuesta ignorancia de los impactos potencialmente devastadores del uso de sus tecnologías en la población civil"
" Ahora esperamos que este procedimiento allane el camino para el primer juicio, en Francia, de una empresa por complicidad en la tortura",
Esta confirmación se produce en un contexto de creciente responsabilización de las empresas, y en particular de las de vigilancia, por las violaciones de los derechos humanos. Se hace eco de la actual negociación, en el seno de la Unión Europea, de una directiva sobre el deber de vigilancia de las empresas europeas. Es esencial que esta directiva incluya las actividades de las pequeñas empresas como AMESYS.
Una denuncia contra AMESYS que se remonta a 2011
El 19 de octubre de 2011, la FIDH y la LDH presentaron una denuncia contra la empresa AMESYS, a raíz de la divulgación de información por parte del Wall Street Journal y WikiLeaks, que ponía de manifiesto el papel de la empresa en el equipamiento de los servicios de inteligencia libios con tecnología de vigilancia. De hecho, bajo el pretexto de la lucha contra el terrorismo, esta tecnología se utilizó para la vigilancia generalizada de la población y para atacar a opositores políticos y personas defensoras de derechos humanos.
En 2013 y 2014, seis víctimas libias se convirtieron en partes civiles en el caso, junto con la FIDH y la LDH.