Bemba apoyaba al entonces presidente Patassé, era el jefe militar del Movimiento de Liberación del Congo (MLC) y estaba al mando de grupos armados que "de forma consciente y deliberada" cometieron múltiples violaciones contra personas ancianas, hombres, mujeres, niñas y niños. El significado que este caso reviste es que, por primera vez, se ha logrado obtener justicia ante la CPI para las víctimas de violencia sexual y que estas podrán exigir reparación. Asimismo, es la primera vez que la CPI ha condenado a una persona por su condición de superior en delitos cometidos por personas bajo su mando.
La información suministrada por la FIDH y la CPI no solo fue utilizada por la fiscal durante la investigación, sino que también se citó en la sentencia. La FIDH y sus organizaciones miembros en la República Centroafricana han aportado información fundamental a lo largo de los quince últimos años y ambos han contribuido al esclarecimiento de los hechos y al establecimiento de pruebas. En 2002, tras la misión de investigación de la FIDH,se elaboró un informe que fue presentado a la CPI (EN) junto a la petición de apertura de una investigación. A este informe le siguieron una serie de misiones e informes que se comunicaron a la CPI y que las citó como pruebas.
Con motivo de la sentencia de la CPI, la FIDH presentó un exhaustivo informe[en inglés], un documento sobre Preguntas y Respuestas (EN) y un vídeo (FR) sobre el caso.