El 27 de septiembre, el Consejo votó por una abrumadora mayoría a favor de la creación de un mecanismo independiente permanente para “recoger, consolidar, preservar y analizar las pruebas de los crímenes internacionales y las violaciones del derecho internacional más graves cometidos en Myanmar desde 2011” en una acción que contribuirá a “acelerar actuaciones penales justas e independientes” contra los responsables de las graves violaciones de los derechos humanos que hasta ahora han actuado con impunidad.
La FIDH y sus organizaciones miembros ALTSEAN-Burma y Odhikar han abogado de manera sistemática ante la comunidad internacional para garantizar la rendición de cuentas por la brutal y sistemática matanza contra la población rohinyá, por medio de la transmisión de las conclusiones de su informe, presentado el 17 de septiembre, “No stone unturned - Q&A on accountability for crimes in Myanmar (EN) que da respuesta a las preguntas más urgentes sobre la rendición de cuentas por los delitos cometidos en Birmania/Myanmar y explica los mecanismos internacionales de justicia y cómo se pueden aplicar en este caso.
Ahora el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas debería remitir la situación de Birmania/Myanmar a la Corte Penal Internacional (CPI) y comprometerse a proporcionar apoyo y colaboración a la CPI para garantizar que los procesamientos relativos al conjunto de crímenes, competencia de la CPI y en todo el país, avanzan sin retraso.