Las organizaciones abajo firmantes constituyen una coalición amplia y diversa, con miembros que trabajan por el impacto en los derechos humanos de la extracción de minerales de transición y de los proyectos de energía renovable y otros que protegen a las personas defensoras de los derechos humanos que se enfrentan a ataques. Sin embargo, todas ellas expresan su preocupación por la escasa atención que se presta a los derechos humanos en el marco de las actuales negociaciones sobre el clima. Entre las firmantes se encuentran organizaciones y movimientos de derechos de los pueblos indígenas, derechos de las mujeres, derechos laborales, derechos sobre la tierra, medioambientales, climáticos y de derechos humanos de todas las regiones.
El mensaje principal de la carta es que la transición energética debe ser justa, en particular para las comunidades indígenas y otras situadas en primera línea, porque de lo contrario se seguirá encontrando con resistencia, se retrasará y finalmente fracasará. Las firmantes cuestionan una agenda climática que mantiene los modelos industriales existentes, abre la puerta a inversiones irresponsables y espera que las comunidades que menos han contribuido a la crisis climática sean las que soporten el peso de la transición, sin beneficiarse de ella y sin poder contribuir a darle forma.
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