El 8 de enero, los tribunales senegaleses acusaron formalmente a Paul Mwilambwe y le pusieron bajo control judicial, reabriendo así el caso de los defensores de los derechos humanos asesinados en la RDC en junio de 2010, Floribert Chebeya y Fidèle Bazana.
Mwilambwe, un antiguo alto cargo de las fuerzas de la Policía Nacional Congoleña (PNC) era responsable de la seguridad de la oficina del general John Numbi, jefe de la PNC, cuando tuvieron lugar los asesinatos. Mwilambwe posteriormente huyó del país y se refugió en Senegal. Mientras estaba huido, testificó en una entrevista grabada en francés por France 24 en la que denunciaba su propia participación así como el papel jugado y la implicación de altos mandos de la policía congoleña, incluido el general Numbi, en el asesinato de los defensores de los derechos humanos.
El grupo de Acción Judicial de la FIDH, que representa a las familias Chebeya y Bazana, presentó una denuncia el 2 de junio de 2014 y el poder judicial senegalés abrió una investigación. Nuestras organizaciones [1] y las familias de las víctimas esperan que este proceso ayude a identificar a las personas responsables de estos asesinatos.
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