El 13 de mayo de 2015, Godefroid Niyombaré, antiguo jefe del Estado Mayor del Ejército y antiguo director de los Servicios de Información (SNR), anunció en un programa de la radio privada Isanganiro la destitución del presidente de Burundi, Pierre Nkurunziza, y la disolución del Gobierno, alegando principalmente su rechazo a un tercer mandato del presidente saliente. Además, Godefroid Niyombaré ha anunciado la creación de un comité "temporal" para restablecer la concordia nacional, encargado de "iniciar un nuevo proceso de gestión del país, de las instituciones nacionales y la reanudación del proceso electoral." Ese mismo día, ordenó igualmente el cierre del aeropuerto y de las fronteras, mientras Pierre Nkurunziza se hallaba fuera del país.
Por su lado, la Presidencia de Burundi realizó una declaración en la que anunciaba que el intento de golpe de Estado de Godefroid Niyombaré se había frustrado, que la situación estaba bajo control y que las fuerzas de defensa y de seguridad buscarían a los responsables y los llevarían ante la justicia.
Hoy, en medio del caos reinante en Bujumbura, varias informaciones recibidas dan a entender que continúan los combates entre las fuerzas leales y los golpistas, especialmente en las cercanías de la sede de la Radio Televisión Nacional de Burundi (RTNB). Además, desde ayer los principales medios de comunicación están siendo objeto de ataques. A pesar de que la Radio Pública Africana (RPA) había podido emitir nuevamente, sus locales han sido incendiados y saqueados. Lo mismo ocurre con los locales de Radio Renaissance, los de Radio Bonesha FM y Radio Rema FM, que se considera cercana al poder. La radio Isanganiro tampoco ha vuelto a retransmitir. El único medio de comunicación importante del país que continúa emitiendo en el momento de la publicación de este comunicado es la RTNB.
"La situación política y de seguridad en Burundi no ha hecho más que degradarse en estas últimas semanas. Al bloqueo del diálogo político se ha unido una represión violenta de las manifestaciones, cientos de detenciones arbitrarias, obstáculos graves a la actuación de los defensores y defensoras de los derechos humanos y a las actividades de los periodistas, así como la salida de unas 50 000 personas hacia los países vecinos," declaran nuestras organizaciones. "Los enfrentamientos que se están produciendo demuestran que la seguridad de los civiles debe ser hoy una prioridad para la comunidad internacional. Debe redoblar su esfuerzo por preservarla," añaden nuestras organizaciones, que habían formulado recomendaciones concretas para evitar la escalada de violencia en Burundi en su informe "Evitar una explosión".
La FIDH y la liga ITEKA recuerdan a las personas que cometan violaciones graves de los derechos humanos que se les podrá pedir que respondan por sus actos ante los tribunales penales internacionales competentes. A este respecto, nuestras organizaciones se remiten a la declaración realizada en este sentido por la Fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI) (en inglés) en la que afirma que "todo el que incite a cometer actos de violencia masiva o participe en ellos, ya sea ordenando, solicitando o alentando delitos que recaigan bajo la competencia de la CPI, o contribuyan a ellos de cualquier otra manera, puede ser perseguido por este tribunal."
La FIDH y la liga ITEKA recuerdan asimismo que los textos de la Unión Africana, concretamente su instrumento constitutivo, el Protocolo relativo a la creación del Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana y la Carta Africana de la Democracia, las Elecciones y la Gobernanza, condenan los golpes de Estado y otras formas anticonstitucionales de cambios de Gobierno. Nuestras organizaciones exhortan al conjunto de partidos a que cumplan las disposiciones contenidas en estos instrumentos.