La FIDH e ITEKA condenan con la mayor firmeza estos vergonzosos actos e instan a la comunidad internacional a que haga todo lo posible para que las autoridades de Burundi pongan en libertad a los estudiantes actualmente en prisión y los admitan de nuevo en las escuelas. La comunidad internacional debe tomar todas las medidas necesarias para detener la creciente ola de represión por parte de un régimen errático y de su creciente y ciego totalitarismo.
"La expulsión de 620 estudiantes y la detención arbitraria de unos treinta más por dibujar [sobre el retrato del presidente] constituyen graves vulneraciones de los derechos humanos y en especial del derecho a la educación de estos jóvenes. Esta situación plantea una cuestión extremadamente preocupante, el hecho de que el régimen está dispuesto a destruir todas las barreras simbólicas y morales para reprimir y castigar a quienes considera opositores."
Este movimiento comenzó el 3 de junio de 2016, cuando once estudiantes —cinco chicas y seis chicos, de edades comprendidas entre los 14 y 19 años— fueron detenidos arbitrariamente por el Servicio Nacional de Inteligencia (SNR, la fuerzas responsables de la represión desde abril 2015) en la provincia de Muramvya, en la zona centro del país. Fueron acusados de "insultos contra el jefe de Estado" realizados a través de los dibujos en sus cuadernos sobre el retrato del presidente Pierre Nkurunziza. Ese mismo día, la policía disolvió una manifestación pacífica de los estudiantes de Muramvya que protestaban contra las detenciones y dispararon munición real contra la multitud, hiriendo a dos estudiantes y a un motociclista.
El 7 de junio, seis de los estudiantes detenidos fueron puestos en libertad condicional a la espera de juicio. En cuanto a los otros cinco (dos de ellas, chicas) [1], el 30 de junio el Tribunal de Apelación decidió mantener el encarcelamiento. Este caso es emblemático de la represión sin precedentes que las autoridades de Burundi están llevando a cabo en todo el país contra estudiantes sospechosos de oponerse al tercer mandato del presidente Nkurunziza, y no constituye un caso aislado.
El 24 de junio [2], 16 estudiantes de la escuela secundaria de Rumonge [3] fueron detenidos arbitrariamente y posteriormente retenidos en una celda de la comisaría de policía de esa misma ciudad. Estaban acusados de dibujar en los libros escolares sobre el retrato del presidente Nkurunziza . Finalmente, el 30 de junio, seis estudiantes (chicas) fueron puestas en libertad.
El 17 de junio, 82 estudiantes del centro de secundaria de Kibezi, comunidad de Mugamba, provincia de Bururi, fueron temporalmente expulsados de su centro educativo. Ese mismo día, otros once estudiantes fueron detenidos en la comunidad de Bweru, provincia de Ruyigi y puestos en libertad el 23 de junio tras un interrogatorio. Nuestras organizaciones también están muy preocupadas por la detención de una joven estudiante de 19 años, de la escuela secundaria de Cankuzo, detenida en la oficina del fiscal de Cankuzo, en una celda vigilada por agentes policiales masculinos. Fue detenida por el fiscal, por el comisario de la policía provincial y el jefe provincial del servicio de inteligencia nacional y encarcelada el 14 de junio, junto con otros cuatro amigos. Los cinco se encuentran detenidos en la cárcel central de Ruyigi.
"Esta vergonzosa represión tiene lugar en un contexto marcado por el constante deterioro de los derechos humanos en el país. Nuestra organización ha recibido amplia información sobre ejecuciones extrajudiciales, asesinatos, desapariciones forzadas, actos de tortura, detenciones masivas y frecuentes enterramientos de cuerpos en fosas comunes, en Bujumbura y en el resto del país"
Así, el 30 de junio, más de 230 personas fueron detenidas en el centro de Bujumbura para ser interrogadas, y fueron forzadas a subir en vehículos que las condujeron a un centro municipal donde el alcalde, Freddy Mbonimpa, les dijo que, a partir de este momento, no les estaba permitido caminar por el centro de la ciudad sin "un objetivo concreto". Resaltó que, "si continuaban haciéndolo, les encarcelarían", [4] lo que constituye una grave violación al derecho de circulación y un acto de represión indignante.
"Tras más de un año de sangrientos enfrentamientos, es hora de que la comunidad internacional reaccione con firmeza para romper este círculo de represión. Las Naciones Unidas y la Conferencia de Jefes de Estado de la Unión Africana deberían asumir sus responsabilidades y enviar tropas internacionales para proteger a la población civil. También deberían exigir al Gobierno de Burundi que inicie un diálogo inclusivo y eficaz con la oposición o, de lo contrario, aumentarán las sanciones aumentarán contra los ‘dignatarios’ del régimen y los responsables de la represión"
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