Durante más de diez años, la FIDH ha venido destacando la importancia de la Declaración Universal de Derechos Humanos en el actual debate sobre la crisis climática, cuyos efectos amenazan directamente la supervivencia de la humanidad y el ejercicio de todos los derechos fundamentales para las generaciones actuales y futuras.
El lunes 16 de septiembre de 2019, cinco órganos de las Naciones Unidas creados en virtud de tratados de derechos humanos emitieron una declaración conjunta en la que pedían a los Estados que actuaran ante la inminente crisis climática, a la vez que denunciaban que su falta de acción podría violar sus obligaciones en virtud del derecho internacional de los derechos humanos.
A pesar de ello, y aunque el último informe especial del IPCC sobre 1,5 ° C (en inglés) que describe los efectos del calentamiento global de 1,5 ° C por encima de los niveles preindustriales demuestra claramente que nuestra ventana de acción para tratar de frenar el aumento de las temperaturas y, por lo tanto, los efectos catastróficos para la vida en la tierra, están disminuyendo de manera constante, todavía es necesario realizar un gran esfuerzo para lograr la movilización general de todas las organizaciones de derechos humanos.
Esta declaración conjunta es un primer paso importante hacia el desarrollo de una estrategia común para las organizaciones ambientales, de justicia social y de derechos humanos, una estrategia que se basará en las fortalezas y la historia de estos tres movimientos.
Lea la declaración aquí debajo (en inglés) :