Los intentos de desplazamiento masivo de más de 1 millón de personas en la Franja de Gaza, en medio de asesinatos indiscriminados de civiles, son ilegítimos y catastróficos

Ali Jadallah / Anadolu Ali Jadallah / ANADOLU

La Federación Internacional por los Derechos Humanos (FIDH) está conmocionada y horrorizada por los vídeos y los informes sobre los asesinatos indiscriminados de civiles por parte de Israel y la destrucción masiva de barrios enteros en la Franja de Gaza. Además, la FIDH advierte contra el traslado forzoso y el desplazamiento de personas de la parte norte de la Franja de Gaza. Mientras seguimos siendo testigos de estas atrocidades y crímenes internacionales, la FIDH expresa su solidaridad con todos los civiles heridos en este reciente ciclo de violencia.

París, Ramala, Gaza, Jerusalén, 13 de octubre de 2023.

La FIDH se mantiene firme al lado de sus organizaciones miembro en Palestina que están sobre el terreno y en Gaza: Al Mezan, Al-Haq y el Centro Palestino para los Derechos Humanos. Muchos de los miembros de sus equipos han perdido sus hogares y ahora se les ordena evacuar. Queremos asegurarles que no están solos y que un movimiento mundial por los derechos humanos está con ellos.

La FIDH condena los crímenes cometidos contra civiles, incluidos los ataques generalizados y sistemáticos contra estructuras y bienes civiles, que pueden constituir crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad. Se informa que más de 1500 palestinos han muerto hasta ahora en la agresión de Israel contra la Franja de Gaza. Los equipos de rescate aún no han llegado a algunas casas debido a los recursos limitados. El número de heridos es casi imposible de contar, ya que todas las infraestructuras sanitarias están en ruinas y son totalmente incapaces de hacer frente a la cantidad de lesiones horrendas a las que tienen que hacer frente. A este respecto, recibimos informes y alegaciones de pruebas del uso de municiones de fósforo blanco por parte de Israel, que han causado quemaduras atroces y lesiones a largo plazo, de manera muy seria y denunciamos su uso.

La FIDH condena la agresión israelí como un acto atroz de represalia y violencia bruta. La declaración de un portavoz militar oficial, quien afirmó que "el énfasis está en el daño, no en la precisión", refleja la actitud y la doctrina del ejército israelí. Los últimos 6 días no han sido más que la articulación de las condiciones más invivibles para el pueblo palestino. Los bombardeos indiscriminados y los asesinatos, junto con el corte del suministro de alimentos, agua, electricidad, combustible y medicinas, constituyen crímenes internacionales a los que hay que poner fin ya.

Instamos a Israel a que detenga su campaña de bombardeos y suspenda cualquier invasión terrestre de Gaza. Esto sólo resultará en un derramamiento de sangre y una terrible pérdida de vidas. Como ha declarado hoy la organización israelí miembro de la FIDH, B’tselem, "la destrucción indiscriminada y un asedio que dañe a inocentes no traerán alivio, justicia ni calma". Así mismo, exigimos la liberación inmediata de los rehenes civiles capturados por los grupos armados palestinos, actos que hemos condenado, y pedimos su urgente protección. Todas las vidas de los civiles deben ser protegidas, y el derecho internacional debe ser respetado por todas las partes. Además, rechazamos el enfoque de doble rasero hacia el derecho internacional y los principios de derechos humanos.

Los ataques indiscriminados contra civiles constituyen crímenes de derecho internacional en cualquier contexto

La FIDH se opone totalmente a la orden de evacuación de civiles del norte de Gaza emitida el 13 de octubre por Israel y denuncia estas órdenes como traslados forzosos e ilegales de civiles que pueden reflejar intenciones genocidas. Israel ha violado perpetua y constantemente el derecho al retorno de los refugiados que creó desde 1948 hasta hoy. Se espera que más de un millón de personas sean desplazadas por estas órdenes. Cabe mencionar que, entre el 70 y el 80 % de la población de la Franja de Gaza son refugiados que han sido sometidos a un severo bloqueo desde hace 16 años. Al mismo tiempo, la población de Gaza ha sido testigo de 6 grandes agresiones. También recordamos que, según UNICEF, de los 2,3 millones de personas que viven en la Franja de Gaza, 1 millón son niños.

La FIDH exige que se produzca un alto el fuego que vaya acompañado del levantamiento del bloqueo y del fin del castigo colectivo contra el pueblo de la Franja de Gaza. No se debe permitir que continúe esta situación ilegal en Palestina. Instamos a los terceros Estados a que cumplan con sus obligaciones para con la población protegida bajo la ocupación ilegal y el apartheid, y a que no sigan siendo cómplices de los crímenes contra el pueblo palestino. También pedimos a los Estados que ejerzan presión sobre Israel para que ponga fin a la agresión contra Gaza y permita la entrada inmediata y sin demora de la ayuda humanitaria.

A la Oficina del Fiscal de la Corte Penal Internacional reiteramos nuestros llamamientos para que se dé prioridad a su investigación en curso sobre la situación en el Estado de Palestina. Instamos a los Estados Parte de la CPI a que cooperen plenamente en esta investigación. Los autores de crímenes internacionales deben rendir cuentas, ya que la impunidad rampante es contradictoria con el camino hacia una paz duradera en la región. La CPI tiene un papel integral para hacer rendir cuentas a los perpetradores y defender el derecho internacional para todos los individuos.

Hoy, las personas de conciencia y los defensores de los derechos humanos de todo el mundo deben levantarse unidos para defender los derechos humanos antes que cualquier otra cosa. El doble rasero no debe ser la norma, ya que el derecho internacional y los principios de derechos humanos son para todos y todas. Estamos consternados colectivamente al ver decisiones y declaraciones de líderes políticos clave que socavan el derecho internacional humanitario y el derecho internacional de los derechos humanos. Cada uno de ellos es un golpe violento contra los derechos humanos y el principio moral que sustenta cualquier política de paz y desarrollo sostenibles: la igualdad absoluta de los seres humanos en dignidad y derechos.

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