Michelle Kissenkoetter, responsable de la región de Asia en la Federación Internacional de Derechos Humanos, explicó que la condena a los líderes de los Jemeres Rojos tras 30 años de los crímenes cometidos en Camboya implica para muchas víctimas un sentimiento de justicia.
Según la experta, la condena a cadena perpetua para dos de los líderes de los Jemeres Rojos, emitida por la Corte camboyana por crímenes de lesa humanidad entre 1975 y 1979, tuvo diferentes lecturas por parte de las víctimas. “Para mucha de la gente que vivió o perdió familiares en esos eventos, (la condena) les da sentimiento de justicia y claridad de lo que ha pasado, pero muchas víctimas consideraron que no es suficiente”.
“ Por primera vez en su historia, Camboya ha visto un juicio llegar al final ”, indicó Kissenkoetter y explicó que aunque no fueron condenados todos quienes cometieron y organizaron los crímenes, los dos líderes son los más altos responsables del sufrimiento de la población camboyana durante el gobierno del grupo guerrillero.