Hechos destacados:
– En el año transcurrido desde que los militares birmanos intentaran dar un golpe de Estado el 1 de febrero de 2021, se ha causado graves perjuicios a millones de vidas, a la economía nacional, al Estado de derecho, a los recursos naturales y a la gobernanza.
– Se han producido 8647 enfrentamientos armados y ataques a civiles entre febrero de 2021 y enero de 2022, un aumento del 762% respecto al año anterior (1003). Estas cifras han sido superiores a las de Siria, Afganistán, Yemen o Iraq.
– Con el tiempo han ido aumentando los crímenes atroces generalizados y sistemáticos de la Junta. Las tropas de la Junta han destruido y bloqueado la ayuda humanitaria, bombardeado y realizado ataques aéreos contra ciudades, han quemado vivas a personas civiles, han cometido violaciones y traiciones y han destruido cientos de hogares. Hasta el 26 de enero de 2022, había detenido al menos a 286 personas trabajadoras sanitarias y había matado a 30 de ellas.
– Las protestas civiles generalizadas se han enfrentado a la violencia generalizada de la junta. Hasta el 31 de enero de 2022, la junta había detenido al menos a 11.838 personas civiles, había torturado a cientos de personas detenidas y había utilizado la fuerza letal contra manifestantes en repetidas ocasiones, incluso utilizando vehículos para embestir las manifestaciones y se había producido la muerte de 2610 personas civiles a consecuencia de la violencia relacionada con el golpe.
– La junta ha utilizado al poder judicial como arma y ha castigado a sus rivales en los tribunales militares. Hasta el 1 de enero de 2022, había encarcelado a 649 miembros del partido de la oposición NLD, 14 de los cuales murieron en prisión.
– La Junta ha convertido a Myanmar en el segundo país del mundo que más periodistas encarcela. Hasta el 21 de enero de 2022, había encarcelado a 120 –entre ellos cuatro editoras, una cofundadora, una fotoperiodista y 16 reporteras– y había matado a tres.
– La Junta ha actuado con negligencia en la gestión de la pandemia de COVID-19, lo que probablemente ha causado la muerte de cientos de miles de personas, una cifra difícil de confirmar debido a que la Junta no ha informado con exactitud los casos y las muertes. Ha aumentado el número de muertes al denegar deliberadamente el oxígeno a las clínicas y los hospitales privados.
– El Banco Mundial ha afirmado que se ha producido una contracción del 18% en 2021 en la economía del país, que solo crecerá un 1% en 2022. El kyat de Myanmar (MMK) ha perdido más de la mitad de su valor, lo que ha producido un aumento de los costes nacionales y el PNUD ha indicado que el 46,3% de la población estaría en situación de pobreza a principios de 2022.
– La Junta ha tratado de mantener el poder económico mediante la extracción de recursos naturales y los ingresos por petróleo y gas. Sin embargo, muchas empresas han salido del país, ante los problemas legales, de reputación y operativos que supone trabajar o invertir allí. Algunas de las mayores economías del mundo, como la Unión Europea, Estados Unidos y el Reino Unido, han dictado sanciones para evitar las atrocidades de la Junta.