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Su administración se ha comprometido a desarrollar una política exterior “centrada en la defensa de la democracia y en la protección de los derechos humanos.” En una reciente declaración, afirmó: “Creo que el pueblo palestino y el israelí merecen igualmente vivir de forma segura y disfrutar de las mismas medidas de libertad, prosperidad y democracia.” Para el pueblo palestino, el abismo entre estas declaraciones y su vida cotidiana no podría ser mayor.
Incluso después de un alto al fuego oficial, continúa la violencia de la policía israelí y los colonos contra el pueblo palestino. La expulsión forzosa de la población palestina en la Cisjordania ocupada, incluso de las familias que viven en los barrios de Sheikh Jarrah y Silwan de Jerusalén Oriental, y la agresividad de las fuerzas israelíes contra personas que se manifiestan pacíficamente y fieles de la mezquita de Al Aqsa, son la prueba más reciente de un sistema de gobierno separado y desigual. Estas políticas destruyen el tejido social de las comunidades y socavan cualquier avance hacia un futuro democrático, justo y pacífico.
La lógica que las impulsa ha provocado el reciente desplazamiento a Gaza de 72 000 personas palestinas, que, además, deben sobrevivir a la crisis humanitaria causada por un bloqueo que dura 14 años.
De cara al futuro, Estados Unidos debe abordar las causas profundas de la violencia que los sucesivos gobiernos han ignorado. Su Gobierno debe ejercer una presión diplomática concertada para ayudar a poner fin a la creciente discriminación y a la opresión sistémica y garantizar que las autoridades israelíes rindan cuentas por la violación de los derechos del pueblo palestino.
Solo la puesta en marcha de una política exterior coherente centrada en los derechos puede enviar a las autoridades israelíes una señal clara de que las violaciones del derecho internacional no seguirán produciéndose sin rendición de cuentas. Sr. Presidente, este es el momento de definir una nueva referencia en la política exterior estadounidense que lidere con justicia y abra el camino hacia una paz duradera.
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