El 27 de agosto del 2010, el Juzgado Mixto de Primera Instancia con sede en Ayutla de los Libres, Estado de Guerreo, pronunció una sentencia absolutoria a favor del Sr. Raúl Hernández Abundio, en la que argumenta que “no es culpable ni penalmente responsable” del delito de homicidio calificado cometido en agravio del Sr. Alejandro Feliciano García. Ese mismo día a las 2.45 pm, el Sr. Raúl Hernández Abundio abandonó el penal en el que ha pasado más de dos años y cuatro meses detenido arbitrariamente.
El Sr. Raúl Hernández Abundio fue detenido injustamente y acusado del asesinato de Alejandro Feliciano García, ocurrido el 1° de enero de 2008 en la comunidad El Camalote, Estado de Guerrero. Sin embargo, durante el proceso su defensa logró evidenciar las irregularidades de su detención y aportar suficientes elementos para probar su inocencia, como la inconsistencia de los dos testigos en cuyas declaraciones se basaba la acusación que pesaba sobre el Sr. Hernández Abundio así como la imposibilidad de que el Sr. Hernández Abundio se encontrara en el lugar del crimen en el momento de los hechos.
El Observatorio ha dado seguimiento a la detención del Sr. Raúl Hernández Abundio desde su inicio, considerando que ésta era arbitraria, ya que tenía como objetivo sancionar sus actividades como defensor de derechos humanos, en particular su denuncia de las violaciones de los derechos humanos perpetradas por el ejército y de los abusos cometidos por parte de las autoridades locales en el Estado de Guerrero.
El Observatorio acoge la sentencia absolutoria a favor del Sr. Raúl Hernández Abundio. Asimismo, el Observatorio insta a las autoridades mexicanas a velar por que se ponga fin a todo tipo de hostigamiento en contra del Sr. Raúl Hernández Abundio, los demás miembros de la OPIM y, de manera general, de todos los defensores de derechos humanos en México y que se asegure la aplicación de lo dispuesto por la Declaración sobre los Defensores de los Derechos Humanos, adoptada por la Asamblea general de la ONU el 9 de diciembre de 1998, y otros instrumentos internacionales de derechos humanos ratificados por México.