SILENCIAR AL PUEBLO ES MÁS PELIGROSO QUE EMBALSAR UN RÍO

04/04/2011
Comunicado
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4 de abril de 2011

Human Rights in China (HRIC) insta a las autoridades chinas a poner fin a la represión de todas las personas que, en China, ejercen derechos fundamentales protegidos por la legislación nacional e internacional. La detención de Ai Weiwei es el ejemplo más reciente de la total indiferencia que el gobierno chino demuestra por el estado de derecho y su propia respetabilidad ante la comunidad internacional.

En el transcurso de los últimos meses el mundo ha sido testigo del aumento de detenciones y arrestos de personas que denuncian la corrupción, manifiestan su apoyo a las víctimas de la injusticia y hacen un llamamiento pacífico a una reforma política. Es posible que esta actitud por parte de las autoridades chinas se deba al temor de que las manifestaciones contra los regímenes represivos de Oriente Medio se extiendan hasta China. Las autoridades han llegado a atacar públicamente a periodistas extranjeros y el ministerio de Relaciones Exteriores incluso ha llegado a decirles que "no pueden servirse de la ley como un escudo".

Durante las últimas semanas las autoridades chinas han recurrido al delito de "incitación a la subversión en contra del poder del estado" para acusar o condenar a varios activistas: Liu Xianbin fue hallado culpable y sentenciado a 10 años; Ran Yunfei, Chen Wei y Ding Mao fueron llevados ante los tribunales por el mismo delito. También han detenido de modo ilegal a docenas de personas y mantienen a muchas otras bajo arresto domiciliario. Además, el gobierno chino, infringiendo su propio derecho procesal penal, mantiene en detención preventiva a numerosas personas por largos períodos de tiempo sin acusarlas y sin informar a sus familias sobre su paradero.

Al intensificar la persecución de abogados, activistas, signatarios de peticiones, periodistas y a otras personas, las autoridades chinas no sólo manifiestan su desprecio por el estado de derecho sino que demuestran su falta de confianza en la búsqueda de soluciones sostenibles para los motivos de fondo de los graves problemas políticos y sociales que enfrenta el país.

Para promover una estabilidad y armonía real y duradera, el gobierno chino debe respetar su propia legislación y el derecho de las personas a manifestar sus opiniones y a defender pacíficamente las reformas. El gobierno debe seguir el viejo proverbio chino que reza: "Silenciar al pueblo es más peligroso que embalsar un río".

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