París, El Cairo, 29 de enero 2011 – La FIDH expresa su gran preocupación en relación a la violencia y el caos que acompañan a las manifestaciones en Egipto y que las autoridades egipcias contribuirían a exacerbar.
Hasta hoy se confirmaría el número de 65 personas muertas en el transcurso de las manifestaciones de estos dos últimos días. Sin embargo, el balance podría ser mucho más elevado considerando la extensión de la inestabilidad más allá de El Cairo y de Alejandría, hacia Ismailia y El Mansura.
Después del segundo día de manifestaciones, la policía parece haberse retirado dejando las calles presas del pillaje en varios barrios de la capital. Esta tarde el Ministerio de Defensa ha hecho un llamamiento a la población para que organice su propia seguridad, una situación susceptible de provocar una gran violencia urbana.
La FIDH lamenta la actitud de las autoridades egipcias que han faltado a su deber de prevenir la violencia y que incluso habrían contribuido a su aceleración. Efectivamente, más allá de la prohibición de las manifestaciones, las autoridades han bloqueado el acceso a las comunicaciones telefónicas y a internet. El arresto de entre 2000 y 3000 personas que se manifestaban pacíficamente ha exasperado también a los manifestantes y alimentado la protesta. Las declaraciones del presidente Mubarak en la televisión nacional solo han tenido como objetivo estigmatizar todavía más a los manifestantes.
Hoy, los nombramientos del director de Inteligencia Militar como vicepresidente y de un oficial del ejército como primer ministro, demuestran la voluntad de reforzar el poder militar del régimen más que de responder a las aspiraciones de apertura democrática.
En este contexto, la FIDH apela a las autoridades egipcias para que:
– restablezcan las conexiones telefónicas e internet ;
– restauren el orden público respetando siempre los derechos humanos y, en particular, la integridad física de las personas detenidas ;
– autoricen las manifestaciones pacíficas.